Con José Luis Ibáñez participó
en el homenaje luctuoso a Carlos Pellicer, en Bellas Artes
El desdén por el idioma impide reconocer a los
poetas: Monsiváis
El método anárquico es, en su caso, indispensable,
define el cronista
El destino de algunos versos, transformarse en el recuerdo
y en el uso
MERRY MAC MASTERS
Según Carlos Monsiváis, ''un escritor del
que sólo se sabe que es poeta o, incluso, que es un gran escritor,
es a fin de cuentas un monumento solitario''. Eso, para nuestra desgracia,
sucede a muchísimos de los mejores poetas ?en otra época
se hubiera dicho bardos?, en un momento de pleno abandono del orgullo del
idioma, expresó en la sesión Carlos Pellicer. A 25 años
de su muerte, que se efectuó, en el ciclo Contemporáneos,
en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Emotiva por cierto resultó la lectura poética
del director escénico José Luis Ibánez a composiciones
del poeta tabasqueño.
"Muchísimas",
por fortuna, son las referencias de Pellicer (1897-1977). Monsiváis
las enumeró: su humanismo cristiano tan fértil; su compromiso
antimperialista que lo llevó, incluso, a ser detenido en 1965 al
salir a protestar por la invasión estadunidense a Santo Domingo;
su búsqueda de lo profundamente estético de la tradición
-lo que está en todas sus recolecciones arqueológicas, en
sus nacimientos y en su idea de construir una poesía que fuese como
un reconocimiento canónico-, su labor como creador de espacios museográficos;
su valor sereno, incluso, ante los simulacros de fusilamiento en 1930 y
su magnífico sentido del humor desde y contra la solemnidad.
Continuó: "Su don de gentes -que le permitió
intimar, entre otros, con Amado Nervo, Diego Rivera, Salvador Díaz
Mirón, Frida Kahlo, José Clemente Orozco, José Vasconcelos,
Gabriela Mistral y Silvestre Revueltas, y con los integrantes de su propia
generación, José Gorostiza, Salvador Novo, Jorge Cuesta,
Jaime Torres Bodet, Xavier Villarrutia, Gilberto Owen, Rufino Tamayo, Carlos
Chávez-; su lealtad a la historia y a figuras como Morelos, Juárez,
Zapata, José Martí, Bolívar; su vocación de
viajero cumplida puntualmente; sus nacimientos, experiencia simbólica,
lírica, visual, acústica; su vitalidad; su amor por Tabasco,
tan explicable y tan inexplicable, y su entreveramiento continuo de amor
y asombro".
Después el binomio Monsiváis/Ibáñez
hizo el mejor homenaje -''acúdese al lugar común"- para Pellicer:
la lectura y relectura de sus textos, a la manera de mínima antología,
a sabiendas de que en este caso la antología ideal "no existe",
porque "siempre descubriremos un poema extraordinario, siempre la revisión
propondrá otros ordenamientos".
En Colores en el mar (1915-20), Pellicer "desborda
energía, hace de las descripciones invocaciones, elogia los elementos
naturales y ya ensaya maravillosamente su papel de pequeño dios
que incorpora los poemas, al fin y al cabo una propuesta de cosmogonía,
todo lo que le interesa: el mar, la realidad, el júbilo, el arte",
afirmó Monsiváis.
Siguió Como un fauno marino, poema en el
que Pellicer ya usa metódica y anárquicamente la poesía
(''el método anárquico es, en su caso, indispensable'').
Al término de Recuerdos de Isa, Monsiváis
reflexionó: "El destino de algunos versos es transformarse en el
recuerdo y en el uso. 'Aquí no suceden cosas de mayor trascendencia
que las rosas', dio origen en 1968, después del 2 de octubre, a
una pinta en Ciudad Universitaria, 'aquí no suceden cosas de mayor
trascendencia que las fosas', que era al mismo tiempo un homenaje a Pellicer
y un reconocimiento a lo que pasaba".
Camino fue descrito como "otra sucesión
de poemas breves, donde ya se filtra la proclamación del amor verdadero,
de la otra alternativa, en ese tiempo absolutamente proscrito por el moralismo".
Según Monsiváis, Hora de junio (1937)
constituye "la cumbre sonetística del siglo XX en México".
Recinto y otras imágenes es "el conjunto de poemas amorosos
más plenos de armonía y más potentes, amorosamente
hablando, de la literatura mexicana". Allí, al ser posible el amor
"a secas", el amor "otro" es concebible. Y "al ser concebible y posible
por acuerdo de dos, es absolutamente legítimo".
El insólito poema Nocturno ''desnuda el
peso del acoso social de los desfiladeros de la homofobia, de la perpetua
sensación de desarraigo de quienes se orientan fuera de la normatividad
libítica".
Reúne cd versos para la Navidad
Los poemas u oraciones de Navidad que el tabasqueño
Carlos Pellicer escribió año con año para celebrar
el advenimiento del niño Jesús, en un salón de su
casa donde acostumbraba montar un nacimiento y ofrecer una representación
propicia, se reúnen por primera vez en una grabación comercial
producida por el Fondo de Cultura Económica (FCE), cuya edición
doble incluye sonetos de Hora de junio y los Esquemas para una
oda tropical, entre otras obras poéticas.
El disco Voz del poema, en la voz del autor, se
suma al homenaje que la institución organiza para conmemorar el
25 aniversario luctuoso del autor, quien solía decir de su nacimiento
que "es lo único notable que hago en mi vida. Es casi una obra maestra".
Carlos Pellicer López, sobrino del poeta, recuerda
que bajo una bóveda azul dispuesta con iluminación adecuada,
cada año se escenificaba esta representación "en medio de
paisajes construidos a perfecta escala, que se cambiarían totalmente
al año siguiente. Se escogían trozos de música igualmente
distintos y con ayuda de una grabadora y un sistema eléctrico, la
tarde caía sobre el pequeño y grandioso escenario acompañada
por la música, hasta aparecer las estrellas sobre un cielo infinito.
Entonces se oía su voz, diciendo el pequeño poema que escribía
de acuerdo con el paísaje creado. Era la oración de Navidad".
Nocturno a mi madre, Romance de fierro malo
y despedida son los otros poemas que completan el disco.