Lunes 29 de septiembre de 2025, p. 26
La reunión de este lunes entre los cuatro principales líderes del Congreso de Estados Unidos y el presidente Donald Trump en la Casa Blanca ha aminorado las probabilidades de que haya un cierre parcial de gobierno para el 1º de octubre.
En vísperas de que expire el financiamiento federal en la principal economía del mundo, se espera que Trump se reúna con Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes; John Thune, líder de la mayoría del Senado, así como el líder demócrata de la Cámara Hakeem Jeffries, y el de la minoría del Senado, Chuck Schumer.
De acuerdo con el mercado regulado de intercambio y predicción Kalshi, la probabilidad del cierre alcanzó 73.8 por ciento el sábado, y este domingo bajó a 56 por ciento.
La convocatoria de Trump a los líderes de ambos partidos es un último intento por destrabar las negociaciones, pero las posturas aún son rígidas: los republicanos exigen aprobar una extensión temporal del financiamiento, mientras los demócratas condicionan su apoyo a concesiones en materia de salud.
El estira y afloja en la discusión del presupuesto del gobierno es habitual y se ha resuelto de último momento en el Congreso, pero ahora, comentaron analistas, la situación luce más complicada.
Los demócratas han sugerido que están más dispuestos que nunca a permitir un cierre, mientras enfrentan demandas de sus votantes para que planten cara a Trump y a los republicanos en el Congreso. Algunos incluso argumentan que un cierre no haría mucha diferencia porque el mandatario ya ha recortado muchos empleos gubernamentales.
Los esfuerzos para aprobar un proyecto de ley de financiamiento a corto plazo fracasaron la semana pasada. Los republicanos de la Cámara aprobaron un proyecto de ley que habría mantenido al gobierno estadunidense financiado hasta el 20 de noviembre, pero los demócratas del Senado lo rechazaron y ofrecieron su propio plan, que incluía disposiciones de atención médica que, dicen, son esenciales. Los republicanos lo refutaron y desde entonces no se ha ofrecido ninguna propuesta nueva.
Si hay cierre, millones de empleados federales se quedarán sin pago y muchos, como oficiales de seguridad de aeropuertos, controladores aéreos, militares y agentes migratorios trabajarán sin pago, y los parques nacionales y museos no abrirán.