Opinión
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Cambio y futuro
L

a lluvia de medidas restrictivas proveniente del vecino norteño ha tenido variadas consecuencias internas en México. La mayoría de las veces se han tomado como agresiones, como castigos o simplemente punitivas. Otras bien pudieron ser bocanadas para amedrentar en búsqueda de posteriores concesiones laterales. El caso es que esa lluvia ha provocado desconciertos en las capas decisorias del país. Mientras llegan las fechas límites impuestas con arbitraria soberbia, la inquietud se convierte en dañina incertidumbre. Y, en este tono de forzadas maniobras, de variada índole, ha transcurrido el tiempo que abarca a los dos gobiernos recién instalados. Unas veces se ha logrado suavizar las severas penalidades. En otras ocasiones han quedado flotando, tanto las condiciones derivadas o los supuestos alegados como causa de ellas. Lo cierto es que este estira y resiste se ha prolongado por tiempo suficiente como para dar paso a reflexiones de mayor envergadura.

La profundidad del cambio experimentado en tan corto espacio no se puede soslayar. Invita, con la premura de un ejercicio de interpretación y búsqueda que sobrepase estos álgidos momentos. Mientras se llevan a cabo las negociaciones se torna imprescindible armarse con visiones, medios y tiempos que alumbren escenarios novedosos. Hasta llegar incluso a los anteriormente impensables. Se ha tocado fondo en la relación con ese poderoso vecino. La confianza se ha despedazado y es más que prudente replantearla. No sólo se trata de un personaje extravagante, sino de extensa y decisoria capa poblacional también. Para ello habrá que partir del debido análisis que nos ha situado como nación dependiente.

Las debilidades que se han ido encontrando en el presente claman por enfoques rigurosos. La interrelación entre las dos naciones ha llegado a estados que apuntan hacia un completo desbalance. El presidente Donald Trump se ha valido en sus demandas con sonora, dañina ventaja. La respuesta ensayada por la presidenta Claudia Sheinbaum apunta, con trabajada precisión, a las variadas consecuencias negativas que se derivarían para la economía del vecino o, con amplitud mayor, para su misma sociedad. No son pocas las áreas donde el efecto arancelario llegaría a ser contraproducente. Aun así, las presiones y ataques verbales han continuado hasta lo intolerable. Lo cual lleva a imaginar lo que yace en ese ansiado futuro de bienestar para todos los mexicanos.

La decisión de enviar al secretario de Relaciones Exteriores como observador a la reunión del bloque BRICS, en Brasil, apunta hacia la búsqueda de rutas por conectar. Es cada vez más claro plantear, con inteligencia, los cómos y cuándos, para una maduración geopolítica, ausente del quehacer actual. Ya se sabe que, en ese conjunto de países y fuerzas complementarias, radican positivas salidas enriquecedoras. Enfrentar el presente dependiente, obliga a visualizar campos y ayudas que no se han ensayado.

Durante largos años los mexicanos, hasta con sus mismos pies, han profundizado y extendido la interrelación con el poderoso vecino. Todo el esfuerzo, la imaginación y la esperanza han sido dirigidos en pos de una mayor integración. En mucho se ha logrado, y esta integración implica millones de recursos distintos, ánimos de bienestar y seres comprometidos. Pero mucho de esto, por desgracia, hoy ha sido usado en contra nuestra.

No es novedosa tal situación, sólo que, por ahora, se hace con desplantes brutales, descarnados, racistas y clasistas. Seguir tolerando insultos y amenazas no conduce a usos humanos. Esta indeseable situación debe usarse como partida para creativo y esforzado ensayo de nuevos trabajos. Las limitantes impuestas al tomate mexicano con los nuevos aranceles obliga a plantear mercados no explorados o a su posterior industrialización. Misma situación vale por las trabas al aguacate y otros productos ­agrícolas. Sin olvidar al acero, el aluminio, las autopartes, electrónica o los demandados camarones y el atún, como ejemplos inmediatos. Se han invertido muchos recursos en establecer convenios entre instituciones de educación superior que, ahora, los limitan hasta con torpe violencia. Lo cierto y probado supone una creciente y masiva inversión en refinada educación. Palanca indispensable de la independencia.

De la manera en que la élite decisoria de Morena responda a las necesidades de sus bases, a las que se debe, dependerá su longevidad. Ya se han llevado a cabo los cambios de régimen planteados como necesarios para instalar otro modelo político. Hace falta ahora el tercer peldaño que seguirá al segundo en el que se trabaja. Muchas penalidades han sido sobrepasadas para montar el andamiaje legal, cultural, político y económico que ha desplazado al anterior. Se intenta consolidar dichos cambios y adicionar otros. Lo que no se visualiza es la alternativa a la integración norteamericana que ya es, con sus defectos y méritos, una realidad problemática.