BRICS: ¿es hora de tomar otro camino? // Muy conflictiva, la relación actual con Estados Unidos // Los huevos en una sola canasta
Censurar desde élites guindas // Secuencia preocupante // Layda, Armenta, Diana Karina // Tumban a Gómez Trejo
¿Es posible una teoría económica crítica? Libro de Márkus et al critica a El capital de Marx y pone en duda la viabilidad del comunismo (17ª entrega)
UNAM: historia sin fin // Negocio para privados // Trump: análisis errado
Robin Symes, comerciante del patrimonio
a Cámara baja de Estados Unidos aprobó ayer un marco regulatorio para las criptomonedas y otros activos digitales, la llamada ley Clarity, la cual ya había sido aprobada el mes pasado por el Senado y que entrará en vigencia una vez que el presidente de ese país, Donald Trump, la promulgue. La regulación obliga a los emisores de las llamadas criptomonedas estables a respaldarlas mediante depósitos bancarios o bonos del Tesoro equivalentes, cuando menos, al valor de las criptomonedas que pongan en circulación. Sin embargo, congresistas demócratas han manifestado su escepticismo sobre el grado de protección que esta ley ofrece a los inversionistas y ahorradores.
Carta aclaratoria: La Jornada miente
n virtud del artículo sexto de la Constitución Mexicana:
n Tegucigalpa, Honduras, la Asociación Centroamericana de Sociología (ACAS) celebrará del 4 al 7 de agosto, su decimonoveno congreso titulado Los desafíos de la sociología en Centroamérica y América Latina. El encabezado es sugerente. Pensar nuestras sociedades en medio de las transformaciones del capitalismo digital, supone visualizar los cambios que han sufrido las estructuras sociales y de poder, en un continente, cuya característica común, es la incorporación subordinada y dependiente a los procesos de acumulación de capital, división internacional del trabajo, la producción y los mercados.
esde la campaña de Donald Trump rumbo a la Casa Blanca, el combate a la producción y tráfico de drogas, específicamente el fentanilo; la migración y la imposición de aranceles fueron temas constantes. Aunque muchos líderes, políticos y analistas se negaron a mirarlos como una realidad, hoy vemos que no eran simples amenazas.
asó el tiempo del crispante debate legislativo sobre la Guardia Nacional (GN). Se practicaron todas las formas de contrastar valores y antivalores emitidos también en todas maneras. Parte de ello fue el ruido del protagonismo; ya tiene su propia Ley de la Guardia Nacional, pero hay largo tramo pendiente. En cada paso habrá que tenerse en cuenta el deber de ganar paz y prestigio vía la generación de concordia social.
n una reciente nota de opinión, Enrique Krauze sostiene (sin más recurso analítico que una forzada analogía con la novela 1984, de George Orwell) que México se encuentra bajo la amenaza de un régimen totalitario. A simple vista, la utilización recurrente de la palabra totalitarismo
en referencia a los cambios políticos y sociales que presencia nuestro país desde 2018 –además de sorprender, si consideramos la trayectoria intelectual del autor– constituye un abuso del vocabulario más elemental de la teoría política. Recordemos, en primer lugar, que la noción de totalitarismo
no describe solamente una manifestación extrema del autoritarismo. El totalitarismo, si seguimos a Hanna Arendt, es una nueva forma del quehacer político de la modernidad que se origina en Occidente durante el siglo XX y que se encarna, de manera paradigmática, en los regímenes de Hitler y de Stalin. En ellos, la aspiración fundamental residía en ampliar el control del Estado a todas las esferas de la vida humana, al grado de disolver las fronteras entre la esfera pública y la privada. El totalitarismo es un proyecto político que articula de manera precisa dos movimientos: por un lado, el despojo de derechos sobre ciertas poblaciones a la vez de que la ampliación de privilegios de otras, con la consecuente destrucción de la convivencia democrática en la esfera pública.