Lunes 26 de febrero de 2024, p. 33
Sao Paulo., El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro reunió ayer a miles de simpatizantes en la emblemática Avenida Paulista de Sao Paulo, para demostrar fortaleza política en medio de investigaciones que muchos creen que podrían llevarlo a la cárcel.
El político de extrema derecha, quien llamó a la manifestación después de haber sido objeto de una redada policial este mes como parte de una investigación sobre un presunto intento de golpe de Estado, habló por alrededor de 20 minutos para defenderse mientras recordaba su periodo de gobierno entre 2019 y 2022, pero se abstuvo de atacar a viejos enemigos y al Supremo Tribunal Federal.
Los aliados expresaron su preocupación de que cualquier comentario contra las autoridades o instituciones brasileñas pudiera meterlo en problemas mayores.
A Bolsonaro le confiscaron el pasaporte y se le acusó de editar un proyecto de decreto para anular los resultados electorales, presionar a jefes militares para que se unieran a un intento de golpe de Estado y conspirar para encarcelar a un juez del Supremo Tribunal Federal tras su derrota frente al presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva en 2022.
Los partidarios de Bolsonaro, quien a menudo es comparado con el ex presidente estadunidense Donald Trump, invadieron y saquearon el palacio presidencial de Brasil, el Supremo Tribunal Federal y el Congreso llamando a un golpe militar el 8 de enero de 2023, una semana después de que Lula asumiera el cargo.
Se dice perseguido
Bolsonaro negó ayer las acusaciones y se dijo perseguido
; además, subrayó que el proyecto de decreto se basaba en la Constitución. También pidió amnistía para quienes participaron en la intentona.
¿Qué es un golpe? Es un tanque en la calle, es arma, es conspiración, es llevar a las clases empresariales para su lado, nada de eso se hizo en Brasil. Nada de eso hice, y me continúan acusando de golpe.
El líder de extrema derecha pronunció su discurso encima de un camión rodeado de seguidores vestidos de verde y amarillo, muchos de los cuales también portaban banderas israelíes.
El presidente Lula se halla en medio de una disputa diplomática con Israel por comentarios en los que comparó la guerra de Israel en Gaza con el genocidio nazi durante la Segunda Guerra Mundial.