Lunes 26 de febrero de 2024, p. 34
Ena Buenfil Zamudio, prestadora de servicios turísticos de la Huasteca potosina, aseguró que, por décadas, los terratenientes de la región de Tamasopo han secuestrado el agua del río Gallinas
–el cual alimenta la cascada de Tamul, actualmente seca–. Eso no es nuevo para nadie, tienen represas ilegales
, acusó.
Consideró que el factor ambiental es un factor para que la cascada, principal atractivo de la región, se haya quedado sin agua, pero no es el único. Afirmó que las autoridades estatales y federales han sido omisas en frenar a los acaparadores del líquido, quienes incluso “amenazaron a los lancheros de Tamul cuando hace cuatro años fueron a abrir una de las represas.
Los acusaron de daños en propiedad ajena, los amenazaron por mil cosas, aprovechándose del desconocimiento legal que tienen los habitantes de los ejidos
, reprobó la ambientalista y directora de la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre Selva Teenek, con sede en Ciudad Valles.
Sostuvo que existe una falta de atención a esta problema por parte de autoridades de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (Segam) estatal, Comisión Nacional del Agua y Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Criticó la labor de los funcionarios de la Segam, que llevan años, algunos hasta 25, sentados en el mismo puesto, sin realizar un eficiente trabajo y solo piensan en recibir el cheque
.
Resaltó que es una tristeza
lo que sucede con la cascada de Tamul, estamos tocando fondo
y los tres niveles de gobierno deben intervenir.
Buenfil Zamudio señaló que la actual administración estatal, a cargo de Ricardo Gallardo Cardona, la cual lleva ya dos años y medio, podría ya haber hecho algo en beneficio del turismo con la aplicación de diversas medidas.
Sin embargo, en su opinión han dejado ir a especialistas que podrían haber hecho un gran aporte en la materia, y a partir de ahí puros desatinos y malas decisiones
en el rubro del turismo.
En este contexto, prestadores de servicios turísticos de la Huasteca alertaron que además de que se secó la cascada de Tamul y disminuyó el caudal en la parte alta de la cascada de Micos, el río Tamapaón, en el área de rápidos, registra una considerable disminución del agua ya que, aseguraron, las balsas raspan con las rocas o se atoran en sitios donde solían navegar sin problema alguno.