buena puntuaciónpese a menos recursos
Sábado 17 de febrero de 2024, p. 10
La evaluación externa del programa presupuestal E064, a cargo del Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA), destaca que si bien el organismo enfrenta una reducción a su presupuesto de 949 millones de pesos entre 2019 y 2022, 45.5 por ciento menos, mantiene una buena puntuación
en sus resultados para abatir el rezago educativo.
La Evaluación de Consistencia y Resultados 2022-2023 del INEA, difundida en enero pasado, destaca que en 2022 ejerció recursos públicos por mil 390 millones de pesos, y se le disminuyó pre-supuesto, pese a que el rezago educativo aumentó de 19 a 19.4 por ciento entre 2018 y 2022, a lo que se suma el incremento en el aban-dono escolar por la pandemia
.
La evaluación incluyó el diseño del programa, su planeación y orientación a resultados; cobertura y focalización; operación; percepción de la población atendida y medición de resultados.
De acuerdo con las conclusiones de la evaluación externa, el programa que impulsa el INEA favorece el logro de sus componentes y el cumplimiento de su objetivo general
, aunque debe fortalecer las acciones para ubicar dónde se requiere mayor presencia del instituto para reducir el rezago educativo.
Se identifica que el programa, único en atender el rezago educativo en el país, tiene sus principales fortalezas en la planeación y orientación a resultados, así como en la operación. Sin embargo, sus principales debilidades están en la medición de resultados, cobertura y focalización
, destaca el informe.
Alerta que, de acuerdo a la actualización del informe, en septiembre 2023 el costo promedio de los servicios de alfabetización, primaria y secundaria por beneficiario fue de mil 815 pesos; esta es una cifra menor a la de diciembre de 2022, cuando se reportó una inversión de 2 mil 60 pesos.
Entre los factores a evaluar se incluye que, debido a la pandemia, el programa hubo que mejorar los materiales educativos del servicio en línea y se observó una reducción en clases presenciales. Fue una adaptación en beneficio de la población que no cuenta con tiempo de asistir a clases, incluso por restricciones laborales, pero que desea continuar sus estudios básicos, lo que implica que se podría expandir el alcance del programa
. Destaca que se deberá estimar el rezago educativo ocasionado por la emergencia sanitaria y el abandono escolar.