Comuneros permiten comercialización
Pobladores de La Magdalena Contreras exigen que se detenga la mancha urbana
Domingo 7 de enero de 2024, p. 23
Improvisadas viviendas construidas con láminas de asbesto, lonas, fierro, pedazos de madera, tablas y cartón que se encuentran cercadas con malla ciclónica y alambre cubierto por plásticos y ramas secas, son habitadas por personas que invadieron la zona de la reserva ecológica del bosque de Los Dinamos 2, por lo que los comuneros de Magdalena Contreras exigieron al Gobierno de la Ciudad de México intervenir para evitar que crezca la mancha urbana y la contaminación del agua y la tierra.
En un recorrido por la zona, la comunera del pueblo La Magdalena Contreras, Claudia Rivera, dijo que antes de la pandemia, en 2020, acostumbraba correr con sus familiares, por lo que aseguró que no estaban dichos asentamientos irregulares en los que incluso el acceso está restringido con una puerta de tubo galvanizado con malla ciclónica.
Tierra sin ley
Durante la caminata se observaron cables de luz y ropa tendida en el terreno de la reserva en el que se levantaron las casitas provisionales, desde donde son visibles el Popocatépetl e Iztaccíhuatl, así como los construcciones que se ubican desde hace unas tres décadas en los pueblos de San Nicolás, Cazulco, Sayula y el Ocotal, así como la ladera del pueblo de La Magdalena, en donde algunas casas tienen loza y más de dos niveles.
Rivera indicó que el acuerdo de los comuneros para evitar que crezca el asentamiento ha quedado en letra muerta, porque los pobladores llevan a vivir a familiares o incluso venden la tierra comunal de manera ilegal a quienes llegan de Puebla y Guerrero, lo cual es permitido por los líderes del comisariado.
Al respecto, la habitante de El Ocotal, Brenda Olmos, recordó que a finales del año pasado con protestas evitaron que los propios pobladores aumentaran de 10 a 30 pesos el cobro para permitir el acceso a senderistas y ciclistas, así como los 10 pesos por cada persona que ingresara en vehículo, cuando la tarifa es de 10 pesos por automotor.
Al lamentar que no se cuide el bosque, permanezca con basura en algunas zonas y no ser escuchada por ser joven y mujer, acusó a los comuneros porque incluso realizaban doble cobro a los visitantes que veían caminando en el bosque, quienes eran obligados a pagar otros 30 pesos porque ya no estaban en su vehículo.
Señaló que con las manifestaciones se evitó que aplicaran de manera unilateral el incremento, al recordar que no fue un acuerdo de la asamblea de los comuneros, además de que no se tiene conocimiento del total de los ingresos, uso y destino de los recursos que se obtienen por el pago de los visitantes.
Como mujer nadie te escucha
, además de que se cobran cuotas a los comerciantes que también han llegado de Xochimilco, aunque por el momento se mantienen suspendidas, pero que a veces son de 30 pesos diarios o de 100.