Balancán, Tab., La misteriosa zona arqueológica Moral Reforma se asienta en el centro de una planicie en el oriente de Tabasco, cercana al caudaloso río San Pedro Mártir, que nace en Guatemala y luego se une al Usumacinta. Se trata de uno de los sitios cuyo acceso se facilitará con la entrada en operación, el 31 de diciembre, del Tren Maya, gracias a la estación El Triunfo, que se localiza a unos 27 kilómetros del lugar.

Las construcciones de la antigua urbe maya están a casi 230 kilómetros (casi tres horas en auto) de la ciudad de Villahermosa. La entrada es gratuita. Están datadas entre los años 300 antes de nuestra era y mil de la época actual. Mucha de la información del sitio permanece desconocida, incluso el nombre que le dieron sus habitantes. Aún se espera gran número de hallazgos en su extensión.

Entre las pirámides y palacios del lugar se escucha el viento y las aves, en un entorno casi bucólico, pero donde desapareció la vegetación alta por el pastoreo de ganado al que se dedicaba el territorio.

La arqueóloga Janeth Lagunes Celis, coordinadora de las zonas arqueológicas de la región de Los Ríos en Tabasco, recordó que la denominación compuesta del sitio se debe al nombre de las cascadas y el pueblo cercanos, y a la existencia de árboles de la especie moral, que están tratando de reinstalar en la zona. Buscamos volver a sembrar árboles y que retornen los animales, como el mono saraguato.

Al parejo, se construye un centro de atención a visitantes que cuenta con estacionamiento y la infraestructura necesaria para el turismo que llegue al sitio, así como un museo de 500 metros cuadrados.

Fructíferas excavaciones

Carlos Arturo Giordano Sánchez, director del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Tabasco, explicó que tienen muchos materiales que se han sacado de Moral Reforma en dos años de excavaciones recientes a cargo del arqueólogo Francisco Cuevas; están resguardados en una bodega en la zona arqueológica de Pomoná, en el municipio de Tenosique (donde también funcionará una estación del Tren Maya).

Adelantó que piezas de este conjunto serán expuestas en el recinto cuya construcción se retrasó por distintas cuestiones. “Nos va a permitir entender el sitio de mejor manera.

El trabajo de campo concluyó a principios de noviembre con la excavación de un gran palacio, a cargo de alrededor de 100 personas, lideradas por Cuevas y otros dos arqueólogos. Ahorita están haciendo trabajo de gabinete en Villahermosa, marcando, estudiando y restaurando los materiales que se encontraron. Colaboran dos restauradoras y se integrará otra. También hay dos antropólogas físicas que laboran con los restos óseos que se encontraron y un equipo de historiadores y dibujantes, porque hay que dibujar todo.

Añadió que se está desarrollando un sendero que habrá de unir el centro para visitantes y la zona arqueológica, que permitirá a las personas comprender por qué la urbe se asentó en este lugar, cuyo entorno de flora y fauna permitió que los antiguos habitantes construyeran y se alimentaran.

▲ La zona Moral Reforma se ubica en una planicie cercana al río San Pedro Mártir, que nace en Guatemala y se une al Usumacinta.Foto Marco Peláez

El funcionario explicó que usualmente se piensa en las pirámides, como las de Teotihuacan y las de Palenque, cuyo templo ocupa un área grande, pero en el caso de Moral Reforma se trata más bien de algo parecido a capillas o altares.

Relató que se han encontrado estelas con inscripciones, por ejemplo en unos altares redondos y en estelas alargadas, pero que ahora están lisos. Suponen que se labraba o tallaba la piedra para darles esa forma; se hacía una figura en estuco al estilo de Palenque, que luego era pintada.

Lagunes terció: simplemente son adoratorios que se han estudiado desde 1991. Las primeras menciones son del austriaco Teoberto Mahler en un compendio de 1901, aproximadamente; luego vinieron más exploradores y lo llamaron La Reforma o Reforma II, debido al pueblo cercano. Después de 1950, el INAH mandó a César Lizardi Ramos y más personal del instituto a levantar las estelas y los altares que se encontraban en superficie.

Giordano agregó que uno de los grandes pendientes es conocer con precisión el nombre antiguo de la ciudad, pues aunque cuentan con su glifo emblema, sólo han podido traducir una parte. Estamos esperando que en algún golpe de suerte encontremos más información.

Lagunes refirió que la región se vio sometida a un saqueo masivo de sus riquezas arqueológicas, que también se cometió en el sitio cercano de Pomoná. Ya con el salvamento, completó la arqueóloga, fragmentos, altares, estelas que se rescataron fueron llevadas al Museo Dr. José Gómez Panaco, en Balancán, y una estela está en el Carlos Pellicer, en Villahermosa. Gracias a la Estela 4, resguardada en Balancán, se sabe del gobernante Muwaan Jol, Cráneo de Halcón.

Informó que la extensión total del sitio se estima en 3 mil hectáreas, con un área central de 76 hectáreas, donde están las plazas principales. Recientemente, se adquirieron 43.5 hectáreas con el proyecto Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) y se amplió el cercado perimetral del área.

La responsable del sitio destacó que es el único abierto en la región con esta arquitectura monumental, influencia del Petén guatemalteco, y con elementos que lo vinculan a otra zona muy interesante del sur de Campeche: Calakmul.

“El señor de Cráneo de Halcón es el único gobernante que se tiene descifrado; de él se sabe que subió al poder a los cinco años; a su ceremonia la llamaban ‘atadura de cinta’, fue presidida por un gobernante de Calakmul”, refirió Janeth Lagunes.

Hace falta saber, concluyó la investigadora, con qué otros sitios tuvo relación y si había una dinastía de gobernantes como en Palenque. Aquí quisiéramos conocer más de la historia, seguir liberando edificios para aprender más sobre la arquitectura y los intercambios comerciales que pudieron tener con lugares tan alejados como los de Petén. Es sumamente interesante y tiene mucho que ofrecer.