Acapulco, Gro., Este municipio tiene el mayor número de personas que viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema en Guerrero, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), situación que se agudizó luego del paso del huracán Otis, pues la Secretaría del Bienestar calculó el pasado 31 de octubre que más 51 mil viviendas fueron catalogadas como pérdida total y 79 mil sufrieron daños graves.

A la vista están incontables zonas con terrenos que continúan con empalizados, sin cubrimiento que resguarde a sus habitantes. A más de dos semanas del meteoro, muchas de las casas de colonias populares que tenían cuartos de madera y láminas galvanizadas o de cartón siguen sin techo.

En un sondeo que llevó a cabo este diario en casas de materiales de la zona, se identificó que el costo para levantar un recubrimiento de cuatro metros cuadrados con esos materiales, asciende a 20 mil pesos.

En tanto, colocar una techumbre de palma en los comercios se cotiza entre mil 500 y 2 mil pesos el metro cuadrado, y reconstruir sólo el frente de un negocio con este tipo de arreglos y que abarque alrededor de 30 metros cuadrados, alcanza precios de más de 60 mil pesos, incluida la mano de obra.

En el Informe de Pobreza y Evaluación 2022: Guerrero, elaborado por el Coneval, se expone que los municipios con el mayor número de personas en situación de pobreza son Acapulco de Juárez, Chilpancingo de los Bravo y Chilapa de Álvarez.

Señala que en 2022 Acapulco tenía 394 mil 861 personas en situación de pobreza y, de ese número, 126 mil 672 enfrentaban situación de pobreza extrema, mientras su población total era de 757 mil 367 habitantes.

A más de dos semanas del paso del meteoro

La madrugada del 25 de octubre, el huracán Otis devastó todo el municipio. Alfredo Germán Arteaga López es uno de los miles de poseedores de una vivienda que resultaron afectados por el fenómeno meteorológico.

Su propiedad cuenta con dos cuartos de ladrillo y concreto. Una de las habitaciones, de tres por tres metros, hacía las veces de comedor y sala; el otro, de dos metros por metro y medio, se utilizaba para cocinar. En la parte alta estaba su recámara, medía cuatro por cuatro metros.

Ahí estaba su habitación hasta que Otis la arrancó de tajo y la planta baja se inundó de lodo y desechos con dos metros de altura. Ahora, él y su esposa llevan 16 días durmiendo sobre cartones, en el piso de lo que era su cocina; en la sala quedan los destruidos recuerdos de lo que fue un colchón, un equipo de audio y algunos enseres. Él no tiene trabajo, ha pasado días sacando el lodo de su casa y para alimentarse acude cinco días a desayunar a un comedor comunitario.

En las colonias Ciudad Renacimiento, Sabana, Frontera, Libertadores, El Coloso, Miguel de la Madrid y Miguel Hidalgo, hay casas en las que todavía no concluyen las labores de retiro de lodo, sus habitantes tienen que dormir con familiares o acomodados en los cuartos, de los que ya sacaron todos los desechos, porque no cuentan con recursos para adquirir los elementos necesarios para colocar nuevamente sus techos.

Víctor Suárez Salazar Mata se dedica a vender madera para construir las casas de las familias más pobres en las colonias Frontera, Ciudad Renacimiento y Sabana, aseguró que Otis también provocó desabasto de mercancía, ya que el equipo de corte se mojó y no hay producción de las tiras que sirven para sostener las láminas entre un polín y otro.

De acuerdo con sus estimaciones, para un cuarto de cuatro metros cuadrados se requiere una inversión global de 12 mil pesos en madera, unos 3 mil pesos más de lámina y los techadores cobran en promedio 6 mil pesos por construirlo.

Los costos de las láminas galvanizadas varían, sin embargo, el promedio de cada una es de 275 pesos por la de dos metros, 240 la de tres y 450 la de 4.5 metros.

Un paquete de 10 láminas de cartón tiene un costo que oscila entre 360 y 420 pesos; las láminas plásticas de tres metros valen 656 pesos por unidad y la de cuatro metros 535 pesos.