Harfuch, el policía federal de Iguala // Explicaciones insuficientes // Error de Morena y Sheinbaum // La pendejeó Xóchitl
mar García Harfuch ha eludido proporcionar la indispensable explicación concreta del rol que jugó como jefe de la Policía Federal en Guerrero antes, durante y después de la Noche de Iguala, cuando 43 estudiantes fueron desaparecidos en una operación criminal de Estado de la que él pretende zafarse con alegatos de calendario.
Yo no estaba en Iguala esa noche, y tengo testigos de que estaba en otra parte
, suele argumentar el ex secretario de Seguridad Pública nombrado por Claudia Sheinbaum, como si la tragedia de esa noche se circunscribiera a ciertas horas específicas, breves, impensables, imposibles de advertir.
En realidad, lo sucedido esa noche trágica sólo fue un estallido a partir de las condiciones de larga colusión criminal entre policías de diversas corporaciones (desde luego, también la Federal: varios elementos están sujetos a proceso penal), militares, políticos y bandas del crimen organizado. ¿El avezado policía y comisario federal en Guerrero nunca supo lo que sucedía en Iguala y sus alrededores guerrerenses?
Pero, además, existen actas específicas de juntas de autoridades
el 7 y 8 de octubre de 2014, días después de la barbarie contra los normalistas de Ayotzinapa, en sesiones convocadas para ir construyendo la nefasta verdad histórica
peñista y murillista. ¡Ah, pero García Harfuch ya no asistió a título de comisionado de la Policía Federal en Guerrero, sino de la Gendarmería! ¡Y tampoco hizo uso de la palabra o al menos no quedó constancia de ello! (https://goo.su/kBfJ). Ciertamente, nunca ha prestado García Harfuch a la nación el servicio, que sería invaluable, de declarar con amplitud lo que vivió y conoció, para esclarecer tan delicado caso.
Y ahora, en una maniobra que ha involucrado a Claudia Sheinbaum, el ex jefe policiaco que no cuenta con experiencia política ni de otros rubros de administración pública, y que no ha manifestado sus posturas políticas e ideológicas, pretende ser candidato de Morena a la jefatura del Gobierno capitalino. Involucró a la virtual candidata presidencial de izquierda porque su decisión de participar
se ha dado cuando la doctora tiene el bastón de mando marca 4T y, además, porque renunció a su cargo ante Martí Batres el último día que le era posible a fin de no quedar inhabilitado para buscar la candidatura y aseguró que lo hacía para incorporarse
al equipo de Sheinbaum.
No es cuestión de esgrimir los antecedentes familiares de García Harfuch, pues los hijos y los nietos no tienen por qué cargar con las culpas que se quieran adjudicar a los padres o los abuelos, pero en su propia biografía tiene el jefe policiaco suficiente material oscuro e impugnable.
Al abrir siquiera las puertas a la posibilidad de que un pensamiento policiaco y una facción policiaca esbocen la posibilidad de gobernar la capital del país cometen grave error Morena como partido y Sheinbaum como jefa política, que lo es, como ejemplifica el que Mario Delgado haya dicho que no decidirá si participa o no en la contienda capitalina porque primero quiere conocer la opinión
de Claudia.
De resultar que Morena, es decir, la regeneración nacional
y la llamada Cuarta Transformación no han sido capaces de generar cuadros valiosos y con eficacia electoral en la Ciudad de México y deben recurrir a la popularidad
de un policía para evitar una derrota en 2024, el partido guinda debería cambiar de lemas y adoptar el ya clásico de “ haiga sido como haiga sido”. Total, lo importante es ganar
.
Y, mientras Xóchitl Gálvez sigue sumando puntos a la baja, entre movimientos inmobiliarios con tufo a corrupción y, ahora, señalamientos de plagio que la UNAM ya ordenó investigar, ¡hasta mañana, con el ebrardismo haciendo más guiños a la oposición, entre excitaciones anti-4T para que diputados y senadores marcelistas reduzcan el margen mayoritario e incomoden o frenen iniciativas de Morena y Palacio Nacional!
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