Moscú. Las autoridades armenias de Nagorno-Karabaj se rindieron ayer y con la mediación del contingente de pacificación desplegado por Rusia aceptaron respetar el alto el fuego bajo las condiciones impuestas por Azerbaiyán, que el martes comenzó bombardeos masivos y una operación militar en el enclave separatista.

Día y medio de combates dejó un saldo de más de 200 muertos y alrededor de 400 heridos armenios –Bakú no ha dado a conocer el número de sus bajas–, y cerca de 7 mil evacuados de los poblados cercanos a la zona, conforme a los datos proporcionados anoche por Gegam Stepanian, defensor del pueblo karabají.

Para sentarse a negociar las condiciones de su rendición, Azerbaiyán exigió que las autoridades de Nagorno-Karabaj proclamen su disolución como república independiente, y que depongan las armas todas las formaciones militares que tenían ahí –fuerzas de defensa territorial para los armenios; grupos terroristas, para los azeríes– y que todo el armamento (vehículos blindados y cañones de artillería, en primer término) sea sacado del territorio del Karabaj, como lo llaman en Bakú; Artsaj, según la denominación que le dan en Yereván.

Las negociaciones –mero trámite para certificar la capitulación de las autoridades de Nagorno-Karabaj, según los observadores– comenzarán este jueves en la pequeña ciudad de Evlaj, a 100 kilómetros de la capital Stepanakert (Jankenki, para los azeríes).

El gobierno del primer ministro Nikol Pashinian optó por mantenerse al margen y no involucrarse en lo que sería una tercera guerra armenio-azerí. Precisó que nada tuvo que ver con el acuerdo de alto el fuego que Azerbaiyán impuso a las autoridades de Nagorno-Karabaj.

Ahora todos reconocen que el Karabaj es territorio de Azerbaiyán. Nunca se va a aceptar que se trate de imponer otro estatus. Apoyamos las medidas de Azerbaiyán para proteger su integridad territorial, afirmó el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, principal valedor del gobierno de Ilham Aliyev.

Turquía, cabe recordar, es el principal promotor de que Azerbaiyán construya una vía férrea que cruzaría parte del territorio de Nagorno-Karabaj para darle salida al mar Caspio.

En tanto, las protestas continuaron ayer en distintos sitios de Yereván, en medio de una mezcla irreconciliable de inconformes. Los hay quienes piden la dimisión de Pashinian por traicionar a los armenios del enclave separatista; los que quieren que su gobierno caiga por distanciarse de Rusia, y los que expresan su malestar frente a la embajada rusa por no intervenir en favor de Armenia.

Al respecto de esto último, el Kremlin rechazó las críticas al decir su portavoz, Dimitri Peskov, que son acusaciones infundadas. Recordó: “hace unos meses el premier Pashinian aceptó que ese enclave poblado por armenios que se proclamó independiente en 1991 es parte de Azerbaiyán y, por tanto, de jure se trata de acciones de la república de Azerbaiyán en su propio territorio”.

Putin confirma viaje a China

El titular del Kremlin, Vladimir Putin, al recibir al canciller chino, Wang Yi, máximo responsable de la política exterior y la seguridad de China, aceptó la invitación de su homólogo Xi Jinping de visitar al vecino gigante asiático en octubre próximo.

Es un gusto aceptar la invitación del presidente Xi de visitar China en el contexto del acto que promueve su proyecto Un Cinturón, una Ruta, que se convirtió ya en toda una marca internacional e integra nuestras ideas para crear un amplio espacio euroasiático, dijo Putin al comienzo de su plática con Wang.

Para el mandatario ruso, Moscú y Pekín comparten las mismas posiciones respecto de la creación de un mundo multipolar y no uno basado en reglas propias que nadie conoce y que se modifican a diario según convenga al que inventó esa ridícula fórmula.

Por su parte, Wang resaltó que Rusia y China, como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de Naciones Unidas), abogan por la paz y el desarrollo. Recae una gran responsabilidad sobre nuestros hombros. Vivimos una situación internacional cambiante y turbulenta, que sufre movimientos tectónicos, en la que, sin embargo, se abre paso el proceso de conformación de un mundo multipolar.

Putin también se refirió a las hostilidades en el Cáucaso del sur y se mostró optimista de poder lograr una desescalada para devolver este conflicto a su cauce pacífico y, tras decir que Moscú está en estrecho contacto con todas las partes implicadas, ofreció compartir con Pekín cómo evoluciona la solución de esta controversia.

El emisario del líder chino llegó a Rusia el lunes anterior, cuando se reunió con el canciller ruso, Serguei Lavrov, para repasar los principales capítulos de la relación bilateral.

Pero Wang, en realidad, vino a Moscú invitado por su colega de rango, Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, con quien martes y miércoles mantuvo la enésima ronda regular de consultas políticas sobre una extensa agenda. No es habitual que se dé a conocer el contenido de lo tratado en este tipo de reuniones a puerta cerrada.