Opinión
Ver día anteriorMartes 15 de junio de 2021Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Dinero

Slim y The New York Times // AMLO entra al quite // Reforma fiscal sin aumento de impuestos

Astillero

Gertz al SNI, entre inconformidades // Fiscal aspiracionista // Chocan Bartlett y Riquelme // La aparente tersura de Monreal

Enrique Galván Ochoa
Julio Hernández López
Negocios y empresas

La irrelevancia de la BMV

México SA

Barones = evasión y elusión masiva // Un billón 400 mil millones sin enterar // Reforma fiscal, no; que paguen, sí

Miguel Pineda
Carlos Fernández-Vega
Ciudad perdida

Sheinbaum vs Ebrard // No hay guerra tal

La evasión concentrada
D

e acuerdo con información divulgada ayer por la titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Raquel Buenrostro, esa dependencia ha identificado evasión y elusión fiscales por un monto cercano a un billón 400 mil pesos, que representa una quinta parte del gasto público de 2021 o 6 por ciento del producto interno bruto (PIB). La mitad de esa suma corresponde a grandes contribuyentes de los sectores de servicios económicos y de seguros, minería, industria manufacturera y comercio. La otra mitad de este incumplimiento de obligaciones fiscales es atribuible al traslado de mercancía informal (500 mil millones) y al comercio exterior (200 mil millones).

Miguel Ángel Velázquez
El Correo Ilustrado

Precisiones de CFE a artículo de León Bendesky

E

n relación con el artículo Nuevo tándem, escrito por León Bendesky y publicado este lunes en La Jornada, me permito hacer las siguientes aclaraciones:

Ezequiel Reyes Carrillo, el normalista rural
V

olví a nacer, dijo el maestro rural Ezequiel Reyes Carrillo a la asamblea nacional de la CNTE el 12 de junio de 1982. No exageraba. Unos meses antes, a finales de 1981, cerca de la Central Camionera de la Ciudad de México, fue secuestrado por agentes de la Dirección Federal de Seguridad, encabezada por Miguel Nazar Haro. Durante cuatro meses estuvo desaparecido y fue torturado. La incesante movilización magisterial lo rescató con vida.

Luis Hernández Navarro
Trasiego electoral
L

a semana pasada dejé en veremos mis temores sobre la comisión de delitos electorales en la pasada contienda. Fue excesiva mi necesidad de intentar poner buena fe en esa disputa que se convirtió en otra camorra irritante más. El propio martes pasado ya circulaban en los medios convencionales y en las redes sociales solventes, noticias sobre los más diversos actos de vandalismo electoral. El cambio orquestado de responsables de casilla en el estado de México en el más puro arte de birlibirloque del licenciado Del Mazo; el trasiego oscuro de la oposición monrealista en la alcaldía Cuauhtémoc; la probable intromisión del crimen organizado en esa misma alcaldía, pero también en otras plazas del país; el acarreo de electores; los influencers pagados; la propaganda electoral el día del sufragio; todo conforma un largo etcétera que proyecta una sombra de duda más larga, por necesidad, que lo reportado. Lo que tuvo que haber ocurrido es mayor, desde luego, que los actos nefandos enumerados: ninguna fuerza política lleva a cabo un poquito de fraude, sino el máximo posible para alcanzar los resultados que busca, por encima de los ciudadanos.

La política hoy: del neoliberalismo al buen vivir
A

nte la crisis que vive la humanidad, ¿tiene algún sentido la política? Ya hemos señalado reiteradamente que todo proyecto político se irá convirtiendo en una política por la vida o en una política contra la vida. Este deslinde tan tajante resulta de la agudización de la crisis de la civilización moderna, cada vez más evidente. Todas las posiciones ideológicas registradas por la ciencia política se irán alineando de un lado o del otro, en la medida en que la explotación que una minoría rapaz realiza del trabajo de la naturaleza y del trabajo humano se vaya develando. Hacer política por la vida o contra ella es estar consciente de que lo que está en juego son dos maneras radicalmente diferentes de concebir y actuar el mundo. Dos actitudes humanas contradictorias que se convierten en práctica política.

José Blanco
Víctor M. Toledo
¿Ganamos o perdimos?
U

no. El 6 de junio el gobierno de la Cuarta Transformación y su partido, Morena, enfrentaron exitosamente un enorme desafío. Quedó claro que en la política institucional sólo hay dos bandos: el progresista y el conservador; sí, conservador, porque pretende conservar el modelo de desigualdad y privilegios que los organismos financieros internacionales impusieron a México en los años 80.

Una selfie mundial
L

a fotografía de un hombre alzando su mano para abofetear al presidente de Francia, Emmanuel Macron dio de inmediato la vuelta al mundo en menos de 80 segundos. Multitud de comentarios se levantaron ante la circulación de las imágenes filmadas en la prensa y los medios de comunicación a lo largo y ancho del planeta. Observaciones y críticas repartidas entre la indignación, ampliamente mayoritaria, en particular entre políticos y politólogos franceses, y la indiferencia. Desde luego, no faltaron los bromistas que aprovechan las buenas oportunidades para reír, sobre todo cuando es a costa del poder. Quienes más se indignan son quienes consideran que la cachetada atacaba directamente, no al hombre, sino a la función que ejerce. Abofetear al Presidente es apuntar contra los fundamentos de toda la institución y, en consecuencia, contra la democracia que se ve puesta en peligro. Así, una gran inquietud se manifestó en seguida en los rangos de los responsables de todos los partidos políticos de Francia como en gran parte de la opinión pública. ¿Cómo era posible que un ciudadano francés se permitiese ridiculizar y humillar la persona de aquél que encarna la cumbre del sistema jerárquico de la República? ¿Qué ha sucedido, pues, con esta nueva generación que no respeta ninguna prohibición, se permite cualquier cosa y se burla de los principios más sagrados, sin respeto alguno, al extremo de atentar contra el orden establecido y blandir la amenaza de destruir los pilares sobre los cuales reposa el espíritu y la autoridad de la nación. Un terremoto no habría causado una conmoción más fuerte.

Pedro Salmerón Sanginés
Vilma Fuentes