Salir del confinamiento
Lyle Goldstein, del Colegio Naval de Guerra de Estados Unidos, define las lineas rojas
de Putin
Colombia: protesta masiva en plena pandemia
Siete lustros después, los animales han recuperado la zona que rodea Chernóbil
Cerca, lejos
De rudos y técnicos, de máscaras y cabelleras
Pronto, las memorias del visionario, Jesús El Ciego Muñoz // Sencillez e intensidad en excelentes platillos tico-mexicanos
(Obituario) // Adiós Conchita, la diosa rubia del toreo
iles de colombianos han salido a protestar desde el miércoles en las ciudades más importantes de ese país contra la propuesta de reforma tributaria presentada por el presidente Iván Duque. Desafiando el toque de queda impuesto por el recrudecimiento de la pandemia, habitantes de Bogotá, Cali, Medellín, Pasto y otras urbes rechazaron la pretensión del mandatario derechista de gravar servicios básicos en zonas de clase media-alta, imponer tasas a los funerales y crear un impuesto sobre la renta para quienes ganen más de 656 dólares mensuales, entre otras medidas.
Felicita a Elena Poniatowska por entrevista
xpreso mi felicitación y gratitud a la escritora Elena Poniatowska por su trabajo periodístico denominado Nada mejor que amar a Ticumán
, publicado el domingo pasado en La Jornada, en el que entrevista al señor Isidro Aragón Martínez, quien habla con gran orgullo de su entrañable pueblo Ticumán.
n su agónico final como presidente, Trump decidió reconocer
la soberanía
de Marruecos sobre todo
el Sahara Occidental, actualmente dividido en una zona ocupada por Marruecos, otra controlada por la República Saharaui (20 por ciento del total) y otra pequeña, pero estratégica, controlada por Mauritania. Esta decisión contraria al derecho internacional daña la paz en el norte de África. Para enjuiciarla evitando presentaciones manipuladas procede recordar la historia y el derecho internacional aplicable de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
in rozar todavía los campos de lucha y confrontación, la economía mexicana surca sin rumbo. En aguas turbulentas, la nave de nuestra producción y reproducción material y social está al amparo de los vientos, sin intervención central alguna, salvo la que se refiere a la abstención del Estado de actuar frente del ciclo económico.
ubo un abril, el de 1974, que se instaló en mi memoria como una fecha a celebrar.
l próximo 6 de mayo cumplimos 25 años de la creación de Servicios y Asesoría para la Paz, AC (Serapaz). Ésta instancia de la sociedad civil nace en el contexto del proceso de diálogo entre el EZLN y el gobierno federal, gracias a la inspiración de don Samuel Ruiz, obispo de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Serapaz se entiende como un actor constructor de paz con base en una dinámica liberadora, de opción por los pobres, en particular de los pueblos indígenas; entiende que lo conflictos son una expresión de las estructuras sociales que generan desigualdad, empobrecimiento, marginación e injusticia. Buscamos cambiar estas estructuras a través de la transformación positiva de los conflictos, por cauces políticos y no violentos.
n el reciente comunicado dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, por el Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear (Sutin), podemos constatar que el atraso que originaron los gobiernos anteriores continúa. Rezago, indolencia, desinterés e irresponsabilidad de las autoridades persisten. No se ha experimentado un avance de la ciencia ni de la tecnología en esta área, se sigue padeciendo un atraso importante.
igamos con la transición energética. Aparecen trabajos muy sugerentes y números relevantes que conviene analizar: sobrecostos, limpieza y condiciones de integración a las redes.
l gusto por lo francés tuvo su auge, primordialmente, durante el porfiriato. Se reflejó, entre otras cosas, en la moda, la comida y la arquitectura. Esa afición permaneció las primeras décadas del siglo XX y la vemos en muchas construcciones de la época.
ace unos días tuve una experiencia insólita. Me encontré sentado en la butaca de un auditorio. Había gente (poca y distante) a mi alrededor. Frente a mí, un escenario iluminado y, sobre sus tablas, instrumentos, atriles, sillas, partituras. Y de pronto, ¡maravilla de maravillas!, aparecieron tres músicos vivos, tridimensionales, de carne y hueso, presenciales, sólidos. Y para asombro de mi memoria nebulosa, se instalaron en el escenario y procedieron a hacer música en vivo, sin intermediación de cámara, pantalla o micrófono alguno. Todo ello me trajo vagos (y gratos) recuerdos de una época lejana
uscaba en la enciclopedia la imagen del autorretrato de Saul Steinberg en el que, con el mismo trazo, la mano que lo dibuja tacha la cara del dibujante con una equis, cuando me topé con el poema de Charles Simic, titulado Saul Steinberg
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l arte de sanar. Revisando las constantes temáticas en la breve filmografía de Lee Isaac Chung, realizador estadunidense de origen coreano, sobresale su interés por relatos relacionados con la asistencia a personas en situación de vulnerabilidad. Puede tratarse de los cuidados mutuos de un par de adolescentes que sobreviven a la masacre en Ruanda en 1994 ( Munyurangabo, 2007), o la solidaridad de un grupo de amigos que atienden a un compañero con un cáncer terminal ( Lucky Life, 2010), o la labor de una mujer neoyorkina que facilita la lectura a personas invidentes ( Abigail Harm, 2012). En el caso de Minari (2020), su largometraje de ficción más reciente, el ritual de sanación moral tiene que ver con dos personajes que la cinta vuelve entrañables, un niño de siete años, David (Alan Kim), que vive con una afección cardiaca congénita, y la excéntrica abuela Soonja (Youn Yuh-jung), su sorpresivo bálsamo providencial.