El futuro no luce amable para nadie. La pandemia desbarató los escenarios optimistas, pero a pesar de la contingencia todos apelan al ingenio y los reajustes, como Diablos Rojos del México, equipo de larga tradición en la Liga Mexicana de Beisbol, obligado a una restructura para resistir los estragos económicos de la emergencia sanitaria, cuyo efecto más notorio fue la cancelación de la temporada 2020.

Este no será tiempo de vacas gordas, pero las vacas no van a morir y eso es lo importante, ilustra el doctor Othón Díaz, presidente ejecutivo de Diablos Rojos del México.

La cancelación de la temporada pasada fue un golpe violento a las instituciones de la Liga. Sin viabilidad ante la prohibición de asistencia en los estadios, los equipos se quedaron sin ingresos y con los gastos ineludibles.

Este año, advierte el directivo escarlata, todo indica que no habrá un retorno pronto de los asistentes a los espectáculos deportivos, tanto en la Ciudad de México como en otras plazas donde se desarrolla la Liga Mexicana.

Las autoridades advierten que las condiciones serán las mismas por un largo tiempo, reconoce Díaz. El semáforo lo determina la ocupación hospitalaria y las restricciones de público en espectáculos permanece. Como vemos, iniciamos este año con una situación más difícil que la de 2020 y parece que el estado de emergencia se prolongará. Eso nos obliga a hacer ajustes económicos en la institución.

Durante esta crisis, Diablos Rojos fue sostenido por el empresario Alfredo Harp Helú, dueño del equipo, para solventar los gastos.

Tampoco hubo ingresos de patrocinios, pues sin temporada no hubo pagos, agrega; nos enfrentaremos a un escenario parecido al de 2020.

Para enfrentar los próximos retos del equipo, Diablos Rojos presentó a su nuevo mánager, Miguel Ojeda, quien regresa a la institución donde cosechó un título en 2014.