7 mil 500 entradas serán para el personal de salud
Miércoles 3 de febrero de 2021, p. a11
Los Ángeles. La cuenta atrás hacia el Supertazón de la NFL dio inicio con un inédito perfil bajo, debido al riesgo de la pandemia de coronavirus, que impide la presencia de las multitudes que suelen rodear al gran espectáculo deportivo estadunidense.
La crisis sanitaria exige reducir en cerca de dos tercios el aforo del estadio Raymond James de Tampa. Al principio, la organización había anunciado que sólo se ocuparían 22 mil asientos. Pero ayer anunciaron el aumento de 2 mil 500 localidades. Es decir, que aceptarán el ingreso de 25 mil personas.
De ese aforo, 7 mil 500 entradas se entregaron a personal de salud que ya están vacunados y los boletos restantes se pusieron a la venta mediante un sistema de lotería.
Los asistentes a la gran final de la NFL tendrán que respetar un estricto control sanitario. Deberán portar en todo momento cubrebocas y permanecer en los asientos asignados, separados a una distancia de 1.8 metros, además de que no se aceptará el uso de dinero en efectivo ni boletos físicos en el estadio.
La alcaldesa de Tampa, Jane Castor, firmó una orden para que se cumplan los protocolos de seguridad sanitaria en los actos de este fin de semana. Además de que estará prohibido reunirse en los alrededores del estadio, todos deben cumplir el reglamento. Aquellos que no lo respeten serán sancionados con una multa de 500 dólares.
El drástico recorte de la NFL implicará muchos menos festejos en esta semana del Súpertazón con espectáculos para los aficionados de formato menor, que se celebrarán al aire libre y con restricciones.
Otro cambio respecto a la tradición de la NFL, que marca que los equipos participantes llegan a la ciudad anfitriona con varios días de antelación, en esta ocasión los Jefes permanecerán en Kansas City hasta el sábado, cuando volarán a Tampa.
Los Bucaneros, por su parte, serán el primer equipo en la historia que tendrán la ventaja de jugar la final en su casa, un privilegio aun cuando su estadio no podrá llenarse de aficionados.
Además del contexto históri-co de una pandemia, el Supertazón del domingo entre los Bucaneros y los Jefes estará marcado por el duelo generacional entre el veterano Tom Brady, el mariscal de campo más ganador de la historia, y el joven Patrick Mahomes, su evidente sucesor.
A sus 43 años, resistiéndose al retiro, Brady ha sorprendido a la NFL con un nuevo regreso a una final de temporada para intentar arrebatarle a los Jefes la corona conquistada el año pasado e impedir que instauren un nuevo orden en la Liga.