Berlín. Una niña de nueve años demandó a un coro de Berlín que por siglos ha estado integrado únicamente por niños, argumentando que sus intentos por ingresar a él fueron rechazados sólo por su género, en un caso que ha abierto el debate sobre los derechos igualitarios y la libertad artística.

El Coro Estatal de la Catedral es uno de los más renombrados coros de niños en Alemania, fundado en 1465 por Federico II de Brandemburgo. En sus 554 años de historia nunca ha admitido niñas.

La niña, cuya identidad no fue revelada para proteger su privacidad, hizo una audición con el coro en marzo y fue rechazada, de acuerdo con la corte de Berlín que resolverá sobre la demanda.

El coro argumenta que el rechazo de la niña no fue ‘‘predominantemente por su género”, y que le habrían ofrecido un lugar si hubiese mostrado un extraordinario talento y motivación ‘‘y si su voz hubiese igualado las características de sonido deseadas para un coro de niños”, informó la corte.

El coro también expresó sus dudas sobre si habría podido trabajar con los padres de la niña.

La madre de la pequeña, quien presentó la demanda en nombre de su hija, afirma que el rechazo del coro es discriminatorio ‘‘de una manera inadmisible”, y viola su derecho a oportunidades iguales de parte de una institución que recibe fondos estatales, acota la corte.

El caso ha desatado posturas muy encontradas, muchos se han puesto de lado del coro, argumentando que no se trata tanto del talento, sino del tono y que hacer mixto ese grupo terminaría con su sonido tradicional.

Igualdad de género vs sacrificio de un bien cultural

La columnista Hannah Bethke del influyente diario Frankfurter Allgemeine Zeitung dijo: ‘‘Nadie ha dicho de las niñas que no pueden cantar también.

‘‘Pero el timbre es diferente y el juicio lo deben hacer los músicos y musicólogos”, escribió esta semana. ‘‘Cualquiera que desee forzar una igualdad de género malentendida aquí sacrifica un bien cultural”.

La musicóloga de Berlín Ann-Christine Mecke dijo a la televisora pública ZDF que los cantantes pueden ser vistos como instrumentos ‘‘con características de sonido específicas”.

La diferencia entre las voces de los niños y las voces de las niñas se puede escuchar y medir, dijo. Pero ‘‘es menor a lo que muchos afirman” y Mecke dijo que esperaba que el caso pudiera llevar a más oportunidades para niñas y una consideración ‘‘más objetiva” de las voces de los niños y niñas con ‘‘menos clichés y mitos’’.

Abbie Conant, una trombonista estadunidense que enfrentó discriminación como mujer cuando comenzó a tocar para la Filarmónica de Munich en 1980, dijo que múltiples estudios muestran que ‘‘incluso los músicos profesionales no pueden diferenciar confiablemente entre un coro de niños y un coro de niñas interpretando el mismo repertorio”.

Conant, quien dejó esa orquesta en 1993 y ahora imparte clases en la Universidad Trossingen de Música en Alemania dijo que los coros de niños en otros países como en Gran Bretaña se han abierto a ambos sexos sin problemas legales.

‘‘Los coros de niños no surgen de la tradición musical, sino de las tradiciones religiosas anticuadas que insisten que las mujeres deben permanecer silenciosas en la iglesia”, difundió en un comunicado que escribió en apoyo al intento de la niña por lograr su ingreso.

‘‘¿Por qué una sociedad iluminada como la que tenemos en Alemania quiere continuar con este tipo de tradición discriminatoria? Los niños con tiernos trajes, con voces dulces y agudas son un placer, pero también lo son las niñas con tiernos trajes y dulces y agudas voces.”

La abogada Susann Braecklein sostuvo que su clienta, quien ha cantado para diferentes coros infantiles, solicitó ingresar al grupo en 2016 y 2018 pero fue rechazada en ambas ocasiones.

El pasado diciembre el decano de la Facultad de Música de la Universidad de las Artes a la cual pertenece el coro le comunicó por escrito que ‘‘una niña nunca cantará en un coro de niños”, señaló Braecklein en un comunicado.

A pesar del rechazo la niña fue invitada para una audición en marzo tras la cual fue rechazada de nuevo, pues decían que no tenía la motivación y el talento necesarios para unirse al coro de niños, dijo Braecklein.

El coro no hizo comentarios respecto del caso.

Unos 250 niños y jóvenes de cinco a 25 años forman parte de los 11 diferentes grupos del Coro Estatal de la Catedral.

Se presentan en la emblemática catedral de la ciudad y han tenido giras por Europa, Estados Unidos, Japón, Rusia e Israel.

Los niños de cinco a siete años sin experiencia musical previa y otros niños mayores más experimentados tienen la posibilidad de hacer audiciones y reciben entrenamiento calificado de manera gratuita si son aceptados, de acuerdo con el sitio del coro.