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¡Estamos desarmados!, gritaban los participantes a los uniformados

Opositores desafían prohibición y protestan en Moscú: mil detenidos

Se proponían celebrar un mitin para demandar elecciones limpias y libres

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▲ Un policía auxilia a uno de los manifestantes heridos durante la manifestación de ayer en Moscú.Foto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 28 de julio de 2019, p. 22

Moscú. A pesar de la severa advertencia de las autoridades, de que no permitirían este sábado ningún mitin de protesta junto a la sede de la alcaldía de la capital rusa, miles de personas, en su mayoría jóvenes, intentaron acercarse al edificio en el centro de Moscú, sin poder lograrlo por el desmesurado despliegue de efectivos antidisturbios y soldados de la Guardia Nacional. Medios de prensa dieron cuenta de hasta mil detenidos.

La sede de la alcaldía se convirtió en el sitio más protegido de Moscú, toda una fortaleza inexpugnable desde que, con cinturones de seguridad, se cerró el acceso en todas las calles adyacentes.

Hubo momentos de tensión cuando las fuerzas del orden trataron de dispersar a los inconformes desarmados y pacíficos, consiguiendo únicamente alejarlos del lugar. Agarrados de las manos, coreando ¡Estamos desarmados!, los participantes en la protesta resistieron de frente los embates de los uniformados y se enfrentaron con ellos en los forcejeos para rescatar a las personas que querían llevarse detenidos. Unos se libraron, otros no.

Dos horas y media más tarde del programado comienzo del mitin que no pudo llevarse a cabo en favor de unas elecciones limpias y libres, la cifra de detenidos sobrepasó el medio millar de personas. Unas horas más tarde, ya eran cerca de 800. Al final de la jornada, el monto de detenidos se estimó en al menos mil personas, aunque algunos quedaron después en libertad, sujetos a juicio.

De hecho, desde la medianoche anterior empezó el operativo para descabezar la protesta vía la detención preventiva de los candidatos opositores a quienes la Comisión Electoral de Moscú denegó el registro por incumplir supuestamente el requisito de presentar firmas de apoyo a su postulación.

Esto propició el estallido de la indignación porque la comisión –en palabras de Ilia Shavlinsky, presidente de la comisión de derechos electorales de la instancia consultiva de la presidencia rusa en derechos humanos y sociedad civil– cumplió un obvio encargo político.

Según Shavlinsky, de forma tan burda como ilegal, la comisión impidió la inscripción de los opositores, violando dos principios fundamentales de la legislación electoral: no permitir que los afectados asistieran a la revisión de sus firmas, así como rechazar su apelación sin considerar siquiera sus objeciones y evidencias.

Durante la mañana prosiguieron las detenciones, las citaciones a declarar como testigos, los cateos en sus casas y oficinas, de modo que hacia las 2 de la tarde, la hora anunciada para iniciar el mitin, sólo tres candidatos opositores pudieron llegar a las cercanías de la alcaldía. Los 14 restantes no pudieron hacerlo y, en varios casos, se pudo ver cómo los detuvo la policía en las transmisiones de video por redes sociales.

El canal privado de televisión por cable Dozhd hizo una completa cobertura de la protesta, que se interrumpió sólo cuando unos ­uniformados ingresaron a sus estudios para entregar un citatorio a su jefa de redacción para presentarse a declarar como testigo la noche de este sábado. La transmisión, desde diferentes puntos de la ciudad, continuó.

Navalny Live, canal de video en Internet del líder opositor que cumple una condena a 30 días de prisión, suspendió su transmisión cuando la policía encontró el sitio desde donde transmitía, deteniendo a todos los que se encontraban ahí.

Dispersada la protesta en la zona de la alcaldía, no se produjo el final esperado por las autoridades: nadie se fue a su casa y, divididos en grupos de decenas, cuando no cientos, de personas, los inconformes se dispersaron por el centro de Moscú, gritando consignas como ¡Inscriban a nuestros candidatos!, ¡Sobianin, renuncia!, ¡Putin es un ladrón! y ¡Rusia será libre!

Tras rendir declaración en alejadas delegaciones policiales, varios candidatos a diputado convocaron a sus seguidores a confluir en la Plaza Trubnaya, donde Ilia Yashin, Liubov Sobol, Dimitri Gudkov y otros avisaron que llegarían por la noche. No llegaron.

Varios centenares se juntaron en esa plaza, comenzó un mitin espontáneo y, en improvisada tribuna, alcanzaron a hablar dos candidatos a diputado. Todo terminó cuando las unidades antidisturbios, que llegaron de urgencia, arremetieron contra los congregados, aun, al aparecer, Liubov Sobol, envuelta en la bandera tricolor de Rusia y muy débil debido a la huelga de hambre que mantiene. Hubo en la plaza Trubnaya decenas de detenidos.

En ese momento, uno de los candidatos más conocidos, Ilia Yashin, tuiteó: Las autoridades han enloquecido: se comportan con sadismo. Amigos, hoy demostraron que son ciudadanos y verdaderos héroes. Pero ahora, cuídense. Nuestro siguiente paso: un gran mitin en Moscú el 3 de agosto, la víspera de que la Comisión Electoral Central analice nuestra apelación.

Ajeno a las protestas, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, decidió que este sábado era un día ideal para sumergirse en un batiscafo a 50 metros de profundidad, en el golfo de Finlandia, e inspeccionar un submarino que naufragó en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.