Toda la riqueza o valor económico que genera la creatividad, plasmada desde diferentes productos tradicionales como libros o artesanías hasta configuraciones intangibles como contenidos de Internet, es tan grande que si fuera un país sería el quinto más importante del mundo.

Es la economía naranja, como la bautizó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), o la economía creativa, concepto acuñado en 2001 por John Howkins. También se le llama industria cultural, de contenidos, del ocio o del entretenimiento.

Sea cual fuere el término, abarca todos los sectores productivos en los que se conjugan la creación, la producción y la comercialización de bienes y servicios basados en contenidos intangibles de carácter cultural, generalmente protegidos por el derecho de autor, define la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad).

Representa la intersección entre cultura, tecnología, negocios e innovación, resume María Henderson, jefa del programa de Economía Creativa del organismo.

Sus productos y servicios engloban arquitectura, artes visuales y escénicas, artesanías, cine, televisión, audiovisuales, música, radio, diseño, publicaciones, investigación y desarrollo, publicidad, moda, videojuegos, juguetes, software y nuevos medios.

Su crecimiento ha sido tan vertiginoso en décadas recientes, que el BID calcula que ya aporta 3 por ciento de la economía mundial. Es decir, alrededor de 2.5 billones de dólares, tomando en cuenta que el producto interno bruto global llegó a 85.7 billones en 2018, según el Banco Mundial.

La riqueza de la economía naranja sólo es superada por las de Estados Unidos (20.4 billones), China (13.6), Japón (4.9) y Alemania (3.9).

No obstante, también se le ha considerado la economía invisible, porque no está en el radar ni en los registros económicos de muchos países, pese a la variedad de empresas que incluye, los 29.5 millones de empleos que involucra en el planeta y las ganancias multimillonarias que genera, como las del cine, la música, los videojuegos, las plataformas digitales de Netflix o Youtube, pero también el Cirque du Soleil o el carnaval de Río de Janeiro.

Las exportaciones de bienes y servicios creativos en el mundo casi han duplicado las transferencias de armas, incluyendo donaciones, cooperación militar y armamentos de segunda, según Felipe Buitrago Restrepo, consultor del BID y especialista en la economía naranja. Además, la conectividad o Internet ha propiciado que el comercio de servicios aumente 70 por ciento más que los bienes creativos.

Las exportaciones se disparan entre 2012 y 2015

El comercio mundial de los productos y servicios creativos ha resultado más resiliente que otros sectores productivos. Enfrentó mucho mejor la crisis financiera de 2009, porque sus ventas sólo cayeron 12 por ciento, en contraste con el desplome de 40 por ciento de las exportaciones petroleras.

A la fecha ocupa el quinto lugar entre los principales rubros de exportación, sólo superados por combustibles y minerales, equipos electrónicos y eléctricos, maquinaria y vehículos.

Las exportaciones han aumentado 144.7 por ciento, al pasar de 208 mil millones dólares en 2002 a 509 mil millones en 2015, último año analizado por la Unctad. Las importaciones se duplicaron, al subir de 227 mil millones a 454 mil millones de dólares.

En 2018, cuando comenzó la crisis financiera internacional, la economía naranja ya había alcanzado 592 mil millones de dólares, lo cual indica que, pese a crisis o recesiones, la gente está deseosa de cultura y entretenimiento, asevera la Unctad.

El diseño domina las exportaciones de la economía naranja con 62 por ciento del total, seguido por las artes visuales con 11 por ciento, los nuevos medios 8 por ciento, artes y artesanías 7 por ciento y en igual proporción la publicidad, más 4 por ciento de audiovisuales.

China destaca como el mayor exportador mundial de ese sector. Concentra la tercera parte de las ventas globales y ha crecido 7 por ciento en 13 años, el doble que el promedio global. En 2015 obtuvo 168 mil millones de dólares de sus ventas internacionales, cinco veces más que a principios de siglo.

Francia, Hong Kong, Italia, Reino Unido, Alemania, India, Suiza y Singapur son los otros países que conforman el top ten de las naciones con más exportaciones de bienes creativos. Las de China cuadriplican las de Estados Unidos, y las de Asia duplican las de Europa.

La nación, en el lugar 18 a escala internacional

México ocupa el lugar número 18 en la economía naranja y sus exportaciones creativas crecieron 54 por ciento desde 2005, al llegar a 5 mil 447 millones de dólares en 2015, de acuerdo con la Unctad.

La cifra representa, sin embargo, apenas 1.07 por ciento del total de las exportaciones creativas en el mundo. Además, México ha sido deficitario todos los años y las importaciones superaron en mil 285 millones de dólares o 24.3 por ciento las exportaciones en 2914.

Sin embargo, es la primera economía creativa de América Latina. La Unctad la incluye en el noveno lugar entre las 10 en desarrollo que lideran las exportaciones del ramo, pero superada, además de China, por India, Singapur, Taiwán, Turquía, Tailandia, Malasia y sólo por encima de Filipinas.

Hay rubros específicos de la economía naranja donde México se coloca en mejor posición entre las economías en desarrollo: ocupa el quinto lugar en artes y artesanías, el séptimo en artes visuales, el sexto en diseño y el cuarto en publicidad y medios impresos.

El diseño encabeza tanto las exportaciones como las importaciones de México.

Las ventas al exterior de diseño sumaron 3.5 mil millones de dólares, seguidas por 577 millones de nuevos medios (videojuegos, películas y música), 377 millones por publicaciones (libros, revistas y periódicos) y 278 millones por artesanías.