Lunes 17 de junio de 2019, p. 29
La Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Homicidio solicitó la emisión de una alerta migratoria para evitar que un sacerdote de la iglesia de Cristo Rey, presuntamente involucrado en la muerte de Leonardo Avendaño, salga del país. Asimismo, pidió la colaboración de todas las fiscalías y procuradurías estatales para localizar al hombre de origen guatemalteco.
En tanto, la familia del estudiante de la Universidad Intercontinental desaparecido y encontrado muerto la semana pasada solicitó a las autoridades evitar la difusión de rumores que pudieran alejar la investigación de su único objetivo: encontrar a los culpables de este artero crimen.
En una carta confió en que las autoridades se conducirán con profesionalismo y responsabilidad en la indagatoria y no filtrarán información que no emane de una investigación que, por su naturaleza, estamos conscientes, toma tiempo.
Consideró que si bien lo único que le traerá un poco de consuelo en este momento tan doloroso será ver a los responsables frente a la justicia, eso sólo se logrará con una investigación sólida realizada con estricto apego a la legalidad y el debido proceso.
La familia Avendaño Chávez agradeció las muestras de solidaridad recibida en los días recientes, y sobre todo que hayan unido sus voces a la exigencia de justicia.
El cuerpo de Leonardo Avendaño fue encontrado el miércoles pasado con signos de estrangulamiento un día después de denunciar su desaparición.
En las videograbaciones obtenidas se cuenta con la ruta que siguió y una de las líneas de investigación es que un sacerdote de origen guatemalteco, de la iglesia donde acudía, está involucrado en su muerte.
Ayer, en la misa que ofició el arzobispo, Carlos Aguiar Retes, se pidió por Norberto Ronquillo y Leonardo, y por todas las víctimas de la violencia en la capital.
Mientras, en el editorial del semanario Desde la fe, la Arquidiócesis de México dijo que los casos de desapariciones y asesinatos de niños y jóvenes constituyen un reclamo para quienes están al frente de la impartición de justicia. Su omisión, descuido o ineficacia tristemente compiten con el dolor causado por la mano criminal
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