l nombramiento de Víctor Manuel Toledo como titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) fue bien recibido, pues abre la posibilidad de que se cumplan las promesas de muchos sexenios gubernamentales de que el crecimiento económico y social de México no se logre a costa de la naturaleza y de la calidad de vida de la población. Este siglo es ejemplo de cómo el medio ambiente es lo que menos ha importado en los programas oficiales.
Está en la memoria la forma grosera con que Vicente Fox destituyó como titular de Semarnat a Víctor Lichtinger. Iba a contracorriente de lo que hacían otras secretarías. Sus sucesores fueron negligentes y no pocas veces aliados de los grandes intereses económicos. El colmo se tuvo en el sexenio anterior, cuando a la Semarnat la encabezó Rafael Pacchiano, cuyo único mérito era ser parte de ese negocio familiar que es el Partido Verde.
Las tareas que le esperan a Toledo son numerosas. Ahora la Semarnat debe ser parte activa, fundamental, en la lucha contra la contaminación atmosférica en la capital del país y las cinco entidades federativas que la rodean. Igual en decenas de ciudades cuyos habitantes tampoco disponen de un aire limpio. Será decisiva su opinión en los grandes proyectos sexenales: el aeropuerto en Santa Lucía, el Tren Maya, el Corredor Transístmico, la refinería en Tabasco, a los que sumo el problema del sargazo, la integridad de la Reserva de Chimalapa, la contaminación de las cuencas hidrográficas y en reducir y/o confinar debidamente los residuos tóxicos de la industria y la basura citadina.
Toledo ha dicho que México debe ir hacia el uso de energías limpias, cuando el gobierno federal apuesta por los hidrocarburos y el carbón; que debe redoblar esfuerzos para enfrentar el cambio climático con las medidas más radicales, lo que no sucede hasta hoy. Precisamente uno de los efectos del calentamiento global se observa ya en la franja litoral al aumentar el nivel del mar. Es hora, entonces, de revisar la legislación vigente sobre la zona marítima federal terrestre, cuyo buen estado depende precisamente de la Semarnat. Dicha zona mide apenas 20 metros tierra adentro desde donde rompen las olas. Una extensión invadida por todo tipo de obras, públicas y privadas.
Es bien conocido el pensamiento y el quehacer de Toledo sobre la necesidad de considerar a las comunidades rurales como las mejores aliadas para conservar y acrecentar la biodiversidad. Y de acabar con su marginación ancestral. Duele que sus habitantes sean los más pobres entre los pobres mientras ocupan territorios megadotados en recursos naturales.Pero hacer efectivas sus propuestas en el campo de la ecología y el desarrollo socioeconómico no será nada fácil. Pronto sabrá lo que es navegar en aguas turbias, estar en las entrañas del monstruo burocrático. Y enfrentar en el gabinete presidencial y, fuera de él, los grandes intereses económicos. Los de las mineras, por ejemplo. Sólo logrará sus objetivos si cuenta con todo el apoyo presidencial. El de la población ya lo tiene. Se trata de cumplir las promesas ambientales de la Cuarta Transformación.
Una necesaria aclaración: en mi columna del pasado 7 de mayo sobre la calidad educativa en México, mencioné el exitoso trabajo que realizaba una institución, Blue Ivy, para preparar y orientar a los estudiantes que desean realizar estudios en el exterior. Sin embargo, en carta enviada por 16 maestros que trabajaban allí, me informan que renunciaron hace cuatro meses. Ellos participaron en la creación y desarrollo del programa educativo de Blue Ivy, sin darles el crédito que merecían.
Aseguran que dejaron Blue Ivy por la falta de interés del director Marcus Dewitt (que se ostenta como sociólogo, sin serlo) para mejorar dicho programa; por no haber transparencia financiera, por maltrato y discriminación laboral (salarios desiguales entre hombres y mujeres) y nula seguridad social. Que la clientela de esa institución la forman exclusivamente hijos de familias económicamente privilegiadas. En fin, que es un negocio que no cumple con la idea original de sus creadores: ayudar a jóvenes a lograr mejores oportunidades educativas en el exterior.