Viernes 31 de mayo de 2019, p. 15
Una sensación de miedo, desilusión e incertidumbre es lo que impera entre los jóvenes que se acogieron al programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), ante las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre suspender el programa y terminar con la protección que este les proporciona a los también llamados Dreamers, de acuerdo con Magdalena Barros Nock, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
El programa DACA, que fue decretado por el presidente Obama en 2012, es un amparo temporal para personas que llegaron a territorio estadunidense siendo niños y que los protege contra la deportación, además de darles acceso a educación superior gratuita, número de seguridad social y permiso para trabajar de forma legal en el país.
Estados como Washington o Florida, con políticas más incluyentes acogieron el DACA y realmente ayudó a los jóvenes, principalmente en acceder a la educación universitaria.
En cambio, estados históricamente conservadores como Texas han sido más restrictivos en el programa, ahí los jóvenes se enfocaron en usar el permiso para poner negocios, de acuerdo con testimonios recogidos por Barros.
A la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca con su discurso de terminar con el DACA, el futuro del programa es incierto y el miedo se ha ido apoderando de todos aquellos jóvenes que forman parte de él. Al día siguiente de la victoria de Trump, 900 jóvenes DACA dejaron de ir a la escuela y prefirieron ponerse a trabajar, prepararse para los malos tiempos que se avecinaban
, explicó la investigadora, pero ahora el trato que reciben en los centros de trabajo cambió radicalmente después del triunfo de Trump como el florecimiento de actitudes discriminatorias