El Palacio de Bellas Artes es un recinto unificador, entrañable. Casi todos los habitantes de la Ciudad de México tienen una historia en ese lugar que lo mismo ha presentado las mejores exposiciones del siglo XX en el país, que ha fungido como capilla ardiente para despedir a los grandes creadores nacionales.

Así presentó el cronista capitalino Rodrigo Hidalgo la primera Guía del Museo del Palacio de Bellas Artes, libro de 176 páginas cuyo propósito es convertirse en referente para que los visitantes conozcan más acerca de las anécdotas y las obras de arte que resguarda el recinto cultural.

La edición de la obra estuvo a cargo del propio museo, en colaboración con UBS y el apoyo de la Fundación Mary Street Jenkins.

Los textos que se incluyen brindan información general para que el público conozca no sólo la historia del Palacio, sino sus elementos arquitectónicos, las diferentes instituciones que ha albergado desde su edificación, en 1934 y, sobre todo, su importante colección muralística.

Se incluye una explicación detallada de las obras realizadas por los artistas mexicanos Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Jorge González Camarena, Rufino Tamayo, Manuel Rodríguez Lozano y Roberto Montenegro.

Visitar el Palacio es una experiencia que todos debemos vivir. La guía nos lleva de la mano, nos enseña a caminar por sus rincones, agregó Rodrigo Hidalgo al describir que se trata de un recinto creado especialmente para la ciudadanía, para estar de puertas abiertas siempre y ser disfrutado.

“Nosotros damos vida a este espacio, lo que hemos vivido aquí. Esperemos que siempre exista y que nos cause curiosidad, sin pensar que ya lo hemos visto todo. El Palacio de Bellas Artes representa la llegada del siglo XX; recordemos que fue construido para ser símbolo de modernidad, con su estilo art decó, tan de moda en su época.”

Imágenes antiguas se intercalan con fotografías actuales realizadas por Carla Verea y Francisca Rivero-Lake, especialistas en retrato arquitectónico, quienes señalaron que se trató de un reto muy grande al ser un recinto tan fotografiado.

Por ello, nos enfocamos en los detalles que a veces nos pasan inadvertidos, o que por grandilocuentes también dejamos de ver, esas fueron las pautas y puntos de vista que seguimos. Para nosotras la arquitectura es un ente vivo que va cambiando con el tiempo, mutando los materiales, es lo que motiva nuestro trabajo, dijeron las artistas.

En la presentación también participaron Carmen Robles, coordinadora editorial de la guía; Roxana Romero, coordinadora general de la publicación, y Alejandra Lerdo de Tejada, representante de la Fundación Mary Street Jenkins.

La Guía del Museo del Palacio de Bellas Artes puede adquirirse en la tienda del recinto.