Tamaulipas en vilo
amaulipas, en el extremo noroeste, es un estado bendecido por circunstancias favorables. Tiene un extenso litoral (433 kilómetros), puede desarrollar pesca, acuicultura y turismo; su cercanía con Veracruz, San Luis Potosí (Huastecas) y Nuevo León permiten aprovechar ventajas en los intercambios internos; tiene una superficie y una población equilibradas, distribuidas en varias ciudades; una frontera de 370 kilómetros con Estados Unidos y 18 cruces internacionales, podría ser una potencia comercial. Es resumen de todas las regiones del país. Además, cuenta con Matamoros, uno de los puertos con mayor potencial; mucho petróleo; su máximo poder es su gente, una población mestiza, laboriosa, bien alimentada e instruida. El nivel de escolaridad es elevado y también el de urbanización. Tiene una intensa actividad ganadera y agrícola, es campeón productor de sorgo.
Sin embargo, Tamaulipas es un estado en vilo. Hay una grave incidencia delictiva. Tiene una cifra negra (crímenes no denunciados o no investigados) pavorosa de 96.4 por ciento, la percepción de inseguridad entre su población es de 86.4 por ciento. ¿Cómo puede explicarse esta contradicción entre su riqueza potencial y los graves problemas de inseguridad? La ventaja de estar cerca de Estados Unidos se ha vuelto un elemento de al-to riesgo, la cercanía favorece al narcotráfico y a la compra de armas. Este comercio ilegal se combinó con la corrupción de las instituciones políticas, dos de sus ex gobernadores están presos. Un candidato a gobernador fue asesinado. En 2016 se produjo una alternancia y el nuevo gobierno alega que ha mejorado las condiciones de seguridad y aumentado la confianza, además se declara comprometido con la democracia pero sus detractores no opinan lo mismo.
Tamaulipas está a punto de celebrar elecciones locales para renovar su Congreso. Estos comicios serán un refrendo de la alternancia y del gobernador, podría haber la tentación de alterar los resultados, entonces, la joven democracia tamaulipeca perdería su ímpetu y volveríamos a los tiempos oscuros.
Colaboró Meredith González.