Para comprender lo que fue la conquista de México-Tenochtitlan, hace 500 años, se requiere de una reflexión conjunta de España y México, en torno de lo que ocurrió hace 500 años, explicó la filóloga Beatriz Arias Álvarez en charla con La Jornada.

De acuerdo con Arias Álvarez, nos siguen enseñando la historia desde una perspectiva contemporánea y no se ha entendido a Cortés desde su tiempo y mundo.

“El principal problema es que España quiere hacer ver que a ellos les debemos la lengua y la religión, pero no reconocen que al fin y al cabo era la tierra de los pueblos indígenas, era su tierra.

“España tiene que hacer una reflexión sobre el papel que jugaron. Es cierto que pasaron 500 años, pero también hubo masacres terribles.

“Y de parte nuestra sólo vemos lo terrible que trajeron los españoles. Tenemos que reflexionar sobre las cuestiones culturales, políticas y religiosas en las que se movían los pueblos indígenas, así como España tiene que reflexionar respecto de la violencia que implicó la Conquista.

Siempre nos han enseñado la historia de México de manera sesgada. Nuestra historia es de choque entre culturas, pero también de alianzas.

Para la especialista, quien participará en mayo en el coloquio 500 años del desembarco de Hernán Cortés, con el tema De lo visto y oído por Cortés en tierras mexicanas, el capitán español fue un excelente escritor que sabía manejar la retórica, que sabía a quién dirigía sus escritos y cómo los debía escribir, para salir beneficiado de las batallas que emprendió, labor que se ve reflejada en sus Cartas de Relación.

En su primera carta relata cómo llega a las costas de Veracruz y cómo instituye el primer cabildo.

Es una carta judicial y formalmente legal, para con ello garantizar que ante el rey de España no se le vea como un rebelde que salió apresuradamente de Cuba y en no muy buenos términos con Diego Velázquez. Con esa primera carta Cortés intenta dar legalidad a lo que está haciendo en tierras mexicanas.

La segunda, tema de la investigadora en el coloquio, es la más amplia y rica respecto de lo que escucha y ve de nuevo en las tierras mexicanas. Se aprecia cómo articula las alianzas con otros pueblos indígenas, cómo ve a Moctezuma y las costumbres, y marca la ruta hacia Tenochtitlan, al describir los pueblos por los que pasa.

Como filóloga, para Arias Álvarez uno es el personaje que escribe y otro es el histórico. Hacer una crítica al personaje histórico es hoy difícil porque lo vemos desde nuestra propia y actual cultura, y a nosotros nos han enseñado que los españoles llegaron a matar con la finalidad de quedarse con las riquezas.

En esa carta, sin dejar de lado la ambición, encuentro admiración por lo que está viendo. Admiración que no sé si sea genuina, pero existe.