Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, clasificó este lunes a la Guardia Revolucionaria de Irán como organización terrorista, medida sin precedente que eleva el espectro de represalias de Teherán en un Medio Oriente cada vez más tenso. De inmediato, la república islámica respondió y declaró a las fuerzas del Comando Central de Estados Unidos y sus fuerzas afiliadas en Asia Occidental grupo terrorista.

Esta es la primera vez que Wa-shington emite una calificación tan grave para una fuerza militar de otra nación.

La Guardia Revolucionaria es el principal medio del gobierno iraní para dirigir e implementar una campaña de terrorismo global, sostuvo Trump en un comunicado.

Irán condenó inmediatamente la decisión, al señalar que se trata de un acto ilegal generado por la influencia regional que ejerce y su éxito en combatir al Estado Islámico, informó la televisión estatal.

La tensión entre ambos países aumentó desde mayo pasado, cuando Trump sacó a Estados Unidos del acuerdo nuclear firmado en 2015 y reimpuso una serie de sanciones que han golpeado a la economía iraní. El magnate dice que el pacto no aborda la actividad de misiles balísticos de Irán, o lo que ve como influencia maligna en la región.

Formada tras la revolución islámica de 1979 con la misión de proteger el sistema de gobierno chiíta, la Guardia Revolucionaria es la organización de seguridad más poderosa de Irán y tiene enorme influencia en su sistema político, controlando grandes partes de la economía y de las fuerzas armadas.

Con esta medida, los que hacen negocios con el organismo podrían recibir hasta 20 años de prisión y no pueden ingresar o realizar operaciones comerciales con Estados Unidos.

Washington ya había puesto en su lista negra a decenas de entidades y personas afiliadas a la Guardia Revolucionaria, cuerpo de élite de la república islámica, pero no a la organización en su totalidad.

Mike Pompeo, secretario estadunidense de Estado, férreo crítico de Irán, ha estado presionando para aplicar una política más firme contra la república islámica.

El funcionario aseguró que la medida de Washington entrará en vigor en una semana.

Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, alabó la decisión de Washington. Bahréin y Yemen también se declararon satisfechos, mientras Siria la condenó.