La lentitud que se reporta en los cruces de la frontera con Estados Unidos está afectando a la industria automotriz nacional y también pone en riesgo las operaciones de plantas del país vecino, porque son abastecidas por empresas de autopartes mexicanas, aseveró Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

El caso de Ciudad Juárez, destacó, es bastante crítico, pero confió en que las secretarías de Relaciones Exteriores, Economía y Gobernación atiendan la preocupación del sector y se busque un acuerdo diplomático que permita el acceso ágil hacia territorio estadunidense.

Hemos sufrido la lentitud de las fronteras, por supuesto que nos ha afectado claramente. Apelamos a la disposición de nuestras autoridades para que, por la vía diplomática, busquen de manera urgente acuerdos que permitan que el flujo comercial se restituya, indicó Solís en conferencia prensa, en la cual informó que en marzo pasado la producción de vehículos subió 4.8 por ciento a tasa anual, al llegar a 346 mil 873 unidades, y la exportación aumentó 2 por ciento, con 323 mil 631 vehículos.

No tengo medición (sobre el retardo en la frontera). Es pura especulación. Hay quienes dicen que existen retrasos de ocho horas y otros afirman que de 24 o 30. No lo sé, pero los retrasos son muy grandes y graves, puntualizó el dirigente empresarial.

Rechazó que haya un cierre parcial de la frontera, como la semana pasada admitió la secretaria de Economía, Graciela Márquez. Aseguró que únicamente hay menos gente atendiendo en las aduanas, lo cual provoca un aletargamiento o retraso en los cruces.

Acusó que detrás de la problemática de la frontera norte existe un afán migratorio del Ejecutivo de Estados Unidos (el presidente Donald Trump).

Por otro lado, el dirigente de la AMIA recordó que en caso de que el gobierno de Estados Unidos determine aplicar aranceles a las importaciones de automóviles bajo la norma 232, México y Canadá quedarán exentos, debido a las cartas paralelas que fueron firmadas durante la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

México tiene un blindaje muy claro frente a la posibilidad de la imposición de aranceles, como resultado de una investigación bajo la 232 (referida a cuestiones de seguridad nacional), expresó.

Sin embargo, dichas cartas imponen claramente un límite a las exportaciones de nuestros autos, porque México tiene permitido un cupo de exportación exento de arancel de 2 millones 600 mil vehículos ligeros, además de que las pick up quedarán libres, sin que necesiten las cartas.

En cuanto a la presión de los legisladores demócratas de Estados Unidos para que México apruebe la reforma laboral antes de la aprobación del nuevo acuerdo comercial entre ambos países y Canadá (T-MEC), comentó: Se especula que el miércoles próximo será aprobada en la Cámara de Diputados y en el Senado en la segunda quincena de abril, antes de que concluya el periodo ordinario de sesiones, para que el primero de mayo, el Día del Trabajo, entre en vigor.

Por otro lado, tanto Solís como Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, reiteraron su oposición a la regularización de los llamados autos chocolates, planteada por el gobierno federal, al considerar que sería un premio a un sistema corrupto que favorece la internación y circulación de vehículos en malas condiciones.

Guillermo Rosales declaró que en marzo la venta de vehículos ligeros en México cayó 1.5 por ciento anual, pues sólo se comercializaron 117 mil 122 unidades. Sostuvo que el problema de los autos chocolates no es a escala nacional, sino únicamente de algunos municipios del norte. Por ser vehículos ilegales no se tiene un registro de cuántos son, puntualizó al poner en duda que existan 5 millones, como mencionan algunas asociaciones que pugnan por su regularización.

De ninguna manera avalamos la regularización sin pasar por un trámite que los ponga en igualdad de circunstancias con los vehículos que se importaron legalmente, sentenció Solís.