Para algunos historiadores es anacrónica la petición que el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo al rey de España, Felipe VI, de que reconozca los atropellos y abusos cometidos durante la Conquista y que se disculpe, mientras para otros es el punto de partida para realizar un debate acerca de ese momento histórico.

Alfredo Ávila, del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que con su petición López Obrador pareciera creer que los que conquistaron la ciudad de México-Tenochtitlan en 1521 son la misma España que existe en la actualidad. Desde un punto de vista histórico, la petición no se sostiene.

Consideró que con la solicitud, el Presidente está haciendo política interna, no externa: No le interesa tanto que España pida perdón, sino mostrarse nacionalista y decir que en México estamos orgullosos de nuestro pasado indígena.

Federico Navarrete, también del IIH, señaló que no es pertinente pedir un tipo de proceso de justicia o de perdón, aunque hayan pasado 500 años, porque tanto en México como en España pareciera que ese tiempo no es nada y la Conquista sigue siendo asunto del presente.

Creo que el error de López Obrador fue demandar al país europeo disculpas, pues con ello parece que México aún necesita que España dé algo para que nosotros podamos hacer una valoración de nuestra propia historia.

Navarrete consideró que en España no parecen dispuestos a hacer un examen serio de sus propias atrocidades en la Conquista, como no lo han estado en el caso de la dictadura de Francisco Franco hace 50 años. Pero ese es problema de los españoles, no nuestro.

María Alba Pastor, investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, señaló: Se sabe que en la Conquista hubo genocidio, maltrato, esclavización y violaciones. El propio Cortés lo dice, pero, ubiquémonos en el tiempo. Así son los imperios, las conquistas y el imperialismo. Es un pasado que no debemos negar, ni unos ni otros, pero lo más importante sería tratar de investigar qué ocurrió.

David García, de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, expuso que la petición es el punto de partida para el debate de lo que serán los cinco siglos de la conquista española. Lo planteado por el presidente López Obrador no es una ocurrencia, es algo serio.

Dámaso Morales, coordinador del Centro de Estudios Europeos de la UNAM, destacó que las cartas enviadas al rey de España y al Papa responden a un acto de política interna que busca reconciliar el apego del mandatario mexicano con los pueblos originarios.

El embajador en retiro Leonardo Ffrench subrayó: Es un detalle relativamente simbólico, folclórico, que destaca el nacionalismo exacerbado de nuestro Presidente. El diplomático celebró esta postura “cuando hemos tenido jefes de Estado profundamente malinchistas.

Si vamos a pedirle a España que se disculpe por los daños que le pudo haber hecho a las poblaciones originarias de México, habría que pedírselo a Francia o a Estados Unidos. Más al presidente estadunidense Donald Trump, que nos viene insultando.

El internacionalista Emerson Valencia, del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, precisó que la misiva se envió en medio del proceso electoral español, donde los líderes de los partidos de centro derecha no han dudado “en agarrar el tema… para obtener réditos electorales y esto implica un desafío”.