Aunque es exagerado decir que los ciberataques podrían desatar una conflagración mundial, sí podrían propiciar situaciones de peligro para la seguridad y la economía de una o varias naciones.

Si los sistemas de salud, protección civil y bancarios, que dependen de las comunicaciones por Internet, fueran objeto de ciberataques, los servicios médicos, la seguridad pública y la economía estarían en riesgo de sufrir un colapso, de acuerdo con Fabián Romo, director de Sistemas y Servicio Institucionales de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En opinión del actuario, no todas las instituciones en México han aplicado medidas de seguridad cien por ciento confiables. Los bancos, los organismos de seguridad pública y universidades como la UNAM cuentan con mucha seguridad en sus redes de comunicaciones y en su conexión a Internet. Para garantizar la protección de los datos y de los sistemas informáticos, así como la estabilidad de la operación en conjunto de los dispositivos conectados a Internet, estas instituciones siguen una serie de protocolos, normas y recomendaciones nacionales e internacionales. Otras instituciones, sin embargo, todavía son muy vulnerables a ciberataques, porque en las redes públicas hay puntos desprotegidos, afirmó.

Es importante que el usuario de Internet sea consciente de los riesgos que supone trabajar con sistemas de información mediante redes públicas y privadas. Por lo que se refiere a la UNAM, se tiene un área específica de seguridad de la información que organiza congresos y seminarios y publica documentos y revistas para tratar de cumplir esa labor concientizadora.

En situaciones críticas, el hilo se rompe por la parte más delgada, y es precisamente el usuario de Internet quien a veces no pone en práctica todas las medidas de seguridad. Claro, la red a la que está inscrito o donde está conectado tiene mucho que ver. A veces peca de inocencia al aceptar información que no solicitó y acceder a archivos que pueden estar contaminados, advierte Romo.

El desarrollo de tecnologías trae consigo nuevos riesgos. Una persona con celular que sólo sirve para hacer y recibir llamadas y mandar mensajes escritos, no de WhatsApp, que va a la ventanilla de un banco a depositar o sacar dinero y que casi no utiliza su tarjeta de crédito, corre menos riesgos que quien está rodeado de tecnología y todo lo hace en línea.