Desde 2017 el Congreso del Trabajo (CT) no sesionó en ninguna ocasión para debatir las políticas laborales en el país. Sus dirigentes sólo se han reunido para la toma de protesta de Carlos Aceves del Olmo como presidente del organismo en febrero de 2017; para definir en su momento su apoyo a José Antonio Meade como candidato presidencial, y para sus festejos anuales.

Su sede, ubicada en la avenida Ricardo Flores Magón en la colonia Guerrero, presenta cuarteaduras en todos los pisos, el techo principal está roto y varios baños están clausurados por falta de mantenimiento. Incluso su página de Internet se encuentra fuera de servicio.

La mayoría de los actos que se realizan en el auditorio del edificio sede del Congreso del Trabajo son obras de teatro o actos de distintas escuelas de educación básica que rentan el espacio.

El CT vive hoy una de sus principales crisis luego de que agrupaciones que lo integran lanzaron un ultimátum por la inactividad que perciben.

Rodolfo González, secretario general de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), aseguró que no se han discutido en el CT temas como el impacto de la robótica en el mundo laboral, las reformas que pedirán como parte de la reforma en la materia que se discute en la Cámara de Diputados, ni los efectos que tendrá la automatización.

Afirmó que, aunque muchas organizaciones no se han pronunciado públicamente sobre las críticas que ha realizado la CROM al CT, “muchos me han dicho en lo corto ‘tienes razón no hay una agenda de trabajo’ y es porque no hemos creado escenarios para trabajar. Las comisiones están integradas pero no presentan propuestas, yo estoy en la de seguridad social, pero ¿con quién me reúno?”

Por separado, Juan Uribe Soria secretario general de la Confederación de Organizaciones Sindicales (COS) e integrante del CT, atribuyó las críticas a esta agrupación a otros factores: el congreso no está como tal inmóvil, hay una cuestión política que ahorita desgraciadamente estamos padeciendo todos.

Explicó que las organizaciones que integran el CT no laboran en las instalaciones de éste, sino que lo hacen fuera, por lo que acuden en pocas ocasiones a las oficinas de la colonia Guerrero.

Sostuvo que los daños al edificio son sólo de vista y está a 90 por ciento en sus funciones.