Miércoles 27 de febrero de 2019, p. 5
Estocolmo. La ensayista Sara Danius anunció ayer que abandona su sillón en la Academia Sueca, institución que otorga el Premio Nobel de Literatura, casi un año después de haber renunciado a su cargo de secretaria permanente en medio de un escándalo desatado por abusos sexuales.
La salida de escena de Danius es el más reciente capítulo de la debacle que en 2018 obligó a postergar la entrega del máximo galardón literario, que finalmente se otorgará este año junto con el de 2019.
‘‘He decidido renunciar a mi sillón (...) que ya ocupó la primera mujer electa a la Academia, Selma Lagerlöf, autora de Maravilloso viaje de Nils Holgersson. Esto ha sido un honor’’, apuntó Danius en una nota oficial.
La profesora de literatura de la Universidad de Estocolmo, Danius, de 56 años, ingresó a la Academia en 2013 y en 2015 asumió como secretaria permanente, cargo sin precedente para una mujer desde que la entidad fue creada en 1786.
Danius –intelectual apasionada por la moda y las fiestas fastuosas– se convirtió en el rostro de la Academia al anunciar a los ganadores del Nobel de Literatura de 2015 a 2017.
Ya se había erigido en el centro de una conmoción global con el anuncio del premio al cantautor estadunidense Bob Dylan, opción defendida firmemente por Danius, pero que suscitó visible malestar en el mundo de las letras.
Bengtsson (Spegelreflex)
Tres plazas vacantes; serán asignadas a mujeres
En 2017 la Academia premió al británico de origen japonés Kazuo Ishiguro, lo que fue visto como un retorno a la ortodoxia literaria después de Dylan, pero ya esa institución estaba sumergida en el peor escándalo en su historia.
En un artículo demoledor publicado en la prensa sueca, 18 mujeres denunciaron haber sufrido asedio y violencia sexual de parte de un intelectual francés, Jean-Claude Arnault, casado con una académica sueca y titular de una sala cultural financiada por la propia Academia.
El escándalo dejó al descubierto un mundo manchado por el uso de enormes cantidades de dinero, rivalidades dignas de una corte y no pocas denuncias a la cultura del silencio que protegió a Arnault.
Anders Olsson, quien funge como secretario permanente, dijo que ahora hay tres plazas vacantes en la Academia Sueca y opinó que sin duda serán asignadas a mujeres.
‘‘Es necesario para el equilibrio entre hombres y mujeres en la Academia’’, añadió.