curvitas más suaves como úteros de mujeres donde estamos de bebés. Así lo imaginé para que las personas sientan esa atmósfera, explica el artista japonés en entrevista. Foto Cristina Rodríguez
Interiores se expone en Galería 526
Exhibe la muestra Las tinieblas sobre la faz de la tierra en la galería Hilario Galguera
Una profunda mirada a las perplejidades de un joven ante las paradojas de la vida articula la trama de la novela El submayordomo Minor, de Patrick de Witt, publicada por Editorial Anagrama, con cuya autorización ofrecemos a los lectores de La Jornada un adelanto de este libro
La madre de Lucien Minor no lloró, no estuvo siquiera a punto de llorar cuando se despidieron. Durante todo ese día, él había sentido un nudo en la garganta y se había movido con suma cautela, como si cualquier gesto brusco pudiese provocar un estallido de sus emociones. Habían desayunado y comido juntos, pero ninguno de los dos había dicho una palabra, y ahora que llegaba el momento de partir, a Lucy le era imposible incorporarse de la cama, sobre la que yacía completamente vestido, con el abrigo, las botas y el gorro de piel de cordero calado hasta las cejas. Tenía diecisiete años y esa había sido su habitación desde el día en que nació; todo lo que podía ver y tocar estaba impregnado de intensos recuerdos infantiles. Cuando oyó a su madre haciéndose ininteligibles preguntas a sí misma en voz alta desde la cocina de la planta baja, estuvo a punto de dejarse dominar por la aflicción. A su lado, en el suelo, tenía la maleta preparada.