el poder de imponer condiciones: expertos
Viernes 8 de febrero de 2019, p. 21
Canales y contenidos deportivos, entre ellos los partidos de futbol, representan el núcleo de la controversia generada en México por la compra que hizo The Walt Disney Company (Disney) de Twenty-First Century Fox (Fox), iniciada en 2017 a escala global y que representa 65 mil millones de dólares, pero pendiente de autorización por parte del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
Disney posee el canal deportivo ESPN y su otrora competidor es propietario de Fox Sport, ambos incluidos en los paquetes de las cableras o empresas de televisión de paga que operan en México, por lo que son éstas las principales preocupadas o posibles afectadas por la fusión, coincidieron especialistas. Además, ambas empresas venden espacios publicitarios en sus canales de televisión restringida.
Ernesto Piedras, director de la consultoría The Competitive Intelligence Unit, (The CIU), precisó: puesto en números, la parrilla de canales del suscriptor mexicano promedio se compone de 73.4 por ciento de señales deportivas propiedad de la dupla Disney-Fox, pero sube a 79.2 por ciento en los paquetes de menor costo (de 300 pesos aproximadamente), en los que están suscritos seis de cada 10 abonados
. De aprobarse la fusión, agregó, hay el riesgo de un incremento de precios y los principales afectados serán los consumidores de menor poder adquisitivo.
Jorge Fernando Negrete, director de Mediatelecom, destacó que detrás de la oposición a la unión Disney-Fox se encuentra Televisa, ya que concentra 70 por ciento de la televisión de paga.
No hay ninguna industria de televisión por cable en América Latina tan concentrada como la que tenemos en México, con las tarifas más caras de la región sin que sean servicios de buena calidad, porque no hay competencia. El sector ha logrado llevar el tema de la fusión Disney-Fox hasta el Congreso, alertando que podría afectar la competencia y subir precios, pero eso es exactamente lo mismo que ha pasado con Televisa en la televisión de paga, que tiene un poder oligolopólico sin beneficios reales para los usuarios
, indicó. México no genera contenidos propios y señales alternativas, competitivas o innovadoras, ya que resulta más fácil comprar productos a otras compañías extranjero.
Ramiro Tovar Landa, investigador del ITAM, explicó que los tradicionales productores de contenidos se han visto desplazados por nuevos competidores, como Netflix, así que en años recientes se multiplicaron a escala global las concentraciones de grandes empresas, aceptadas ya en todos los países donde operan. México, dijo, no tiene mucho margen de maniobra para tomar una decisión diferente, porque no genera contenidos y somos termino-aceptantes y precio-aceptantes
.
El Instituto de Derecho de las Telecomunicaciones (IDET) advirtió que si el IFT autoriza la fusión, Disney, tendría el poder para imponer condiciones a los sistemas de televisión de paga
y calculó que que Televisa sólo tendría 13 por ciento del mercado.