Querétaro, Qro., Desde el recinto donde se promulgó, el Teatro de la República, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó: la Constitución no ha muerto. Fue la conclusión de una larga disertación histórica en la que admitió que la Carta Magna está muy parchada, muy remendada aunque aún concentra un proyecto de nación con énfasis en la dimensión social.

Congregada la clase política ahora bajo la reconfiguración emanada de la pasada elección, 18 gobernadores y las cabezas de los otros poderes de la Unión escucharon las consideraciones presidenciales sobre necesidades y tiempos para una nueva Constitución. No es descartable esta opción, pero podría dejarse para el porvenira las nuevas generaciones.

Ello a pesar de su diagnóstico acerca del impacto de 102 años de vigencia y en especial en el pasado reciente, según el cual “últimamente también se afectó mucho, no sólo la letra, sino la esencia, el espíritu de la Constitución, por eso no es descartable hacer una nueva Constitución.

Cuando entreguemos la estafeta a las nuevas generaciones, por qué no convocar a un nuevo constituyente y elaborar una cuarta Carta Magna, porque los que son maestros en el tema hablan de que ya son demasiadas las reformas.

Para el momento en que López Obrador tomó la palabra, ya sus correligionarios de Morena que ahora encabezan el Congreso, el diputado, Porfirio Muñoz Ledo y el senador Martí Batres, habían asociado la efeméride histórica con los nuevos tiempos de la Cuarta Transformación y referido sobre los centenares de cambios realizados. A pesar de ello, el Presidente matizó:

Buscamos una nueva transformación y correspondería tener una nueva Constitución, pero hay condiciones para eso, porque tenemos otras tareas que consideramos más importantes.

En sus remembranzas, a cada transformación ha seguido una Constitución: la Independencia derivó en la de 1824; de la Reforma surgió la de 1857 y de la Revolución emanó la Carta Magna vigente.

Ofreció tres cambios centrales a la Carta Magna: incorporar el delito de corrupción; adecuar el documento para abatir la impunidad permitiendo enjuiciar al Presidente cuando incurra en corrupción y consolidar la democracia como sistema político y forma de vida.

Es una vergüenza que México ocupe el lugar 135 en la percepción de actos de corrupción. Se requiere tipificar este delito en la Carta Magna como grave y sin derecho a fianza.

López Obrador deslizó sus suspicacias por la omisión, pues no es extraño y lamentable que no sea delito grave el cometer un acto de corrupción.

Para combatir la impunidad, ratificó que impulsarán el juicio al jefe del Ejecutivo federal. En la Constitución que estamos recordando hoy, mantiene que al Presidente sólo se le puede juzgar por traición a la patria. ¿Qué se está proponiendo? Que el mandatario en funciones pueda ser juzgado por corrupción, se terminen fueros y privilegios en todo el gobierno. Es la gran reforma que hace falta también en este tiempo.

La tercera adecuación pretende poner fin a los fraudes electorales. La democracia no nos va a traer el cuerno de la abundancia, pero nos va a dar mucha fortaleza moral. ¿Qué es lo que le está dando nueva viabilidad a la República? La democracia.

Previamente, Muñoz Ledo aludió a los cambios indispensables a la Carta Magna para la Cuarta Transformación: si no se satisfacen las necesidades más inmediatas de la gente, aquellas por las que movilizaron, por las que refrendan su igualdad y aquellas que reverdecen su esperanza, será muy difícil en los meses próximos seguir adelante.

El presidente del Senado, Martí Batres, recalcó que la Constitución representa límites al poder, es norma fundamental y proyecto nacional. Construyamos los consensos, usemos el diálogo para realizar en esta hora de cambio político de la República las transformaciones que el país demanda.

El presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, llamó a los jueces y ministros a dejar de lado una visón anquilosada de entender a los derechos sociales como discursos de buenas intenciones. El país está en deuda con los sectores más desprotegidos.

La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, destacó la importancia de la Carta Magna y la consideró como la primera Constitución social de nuestros tiempos en el mundo.