El personal médico, de enfermería y de apoyo (camilleros) contratado por honorarios o como eventuales a través del Seguro Popular dejó de laborar en los institutos nacionales de salud, por disposición de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), como parte de la política de austeridad.

Destaca el caso del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), donde a unas 100 personas ya no se les renovó el contrato en enero y ahora hay turnos donde se redujo o se han pospuesto los tratamientos de quimioterapia; en el nocturno, por ejemplo, se carece de especialistas en terapia intensiva.

Además, por la anunciada decisión de desaparecer el Seguro Popular, los institutos y hospitales de especialidades ya no pueden solicitar recursos económicos para la atención de enfermedades cubiertas por ese esquema de aseguramiento. Eso podría generar una gran crisis a partir de marzo, si el dinero sigue sin llegar, porque la atención médica de los pacientes no se detendrá ni se va a negar, advirtieron fuentes consultadas por La Jornada.

Resaltaron que en el sector “somos aguantadores, trabajamos con lo que tenemos, pero sin el mecanismo de rembolso que tenía el Seguro Popular por los servicios brindados a sus afiliados, llegará el momento en que los hospitales no podrán seguir cubriendo esos costos.

Los trabajadores criticaron la pasividad de los directores de los institutos nacionales, quienes, dijeron, se limitan a plantear peticiones y se quedan callados. Por eso parece que no pasa nada, pero es un asunto grave que pone en riesgo la salud de los enfermos, advirtieron.

También mencionaron que personal de la Secretaría de Salud (Ssa) ya ha acudido a las unidades médicas a explicar el programa de medicamentos gratuitos, que ya no habrá los rembolsos por los servicios prestados, pero no quedó claro el mecanismo que lo remplaza ni cuándo y cómo empezará a funcionar.

En el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (Iner), 70 trabajadores contratados por honorarios para la atención de enfermos de influenza entre octubre y marzo, dejaron de trabajar en los primeros 15 días de enero.

La disposición de terminar con este tipo de contrataciones se aplicó sin distinción, aseguraron las fuentes consultadas en los diferentes hospitales e institutos. Señalaron que no se tomaron en cuenta situaciones como la del Iner, que desde que ocurrió la pandemia de influenza en 2009 requiere de personal adicional para la prestación de los servicios, sobre todo en las áreas críticas: urgencias, terapia intensiva y en la zona de hospitalización.

La actual temporada no es la excepción, sobre todo por la mayor circulación del virus AH1N1 pandémico, que ha mantenido al Iner en niveles de saturación desde hace varias semanas. Ante ello, la SHCP autorizó como excepción la recontratación de personal a partir del 16 de enero y se quedarán hasta marzo.

Servidores públicos recordaron que para la prestación de servicios a los afiliados del Seguro Popular y con los recursos económicos provenientes de este esquema se hicieron contrataciones por honorarios en las áreas médicas. Por eso es que en algunos lugares la cantidad de empleados despedidos es elevada.

Destaca el caso del Incan, porque los tumores malignos de mama, cérvico uterino, ovarios y próstata son los de mayor prevalencia en la población. Para poder atender a los pacientes se amplió la plantilla de personal, pero con condiciones laborales precarias porque las personas reciben salario sin prestaciones económicas y sociales.

En algunos institutos, los recortes de personal se han podido evitar con el financiamiento externo que obtienen grupos de investigación para la realización de sus proyectos. Esta es una medida temporal y beneficia a unos cuantos.