Alfonso Herrera García y Federico Castro Mondragón, investigadores del Instituto Mexicano del Transporte, desarrollaron un prototipo de vehículo individualizado para terminales aéreas, el cual permite el traslado de personas con discapacidad, movilidad reducida y usuarios en general.

La plataforma se maneja a control remoto y se impulsa mediante dos motores eléctricos sin generar contaminación.

Para controlar el sentido de rotación de los motores y su velocidad se diseñaron y utilizaron sistemas electrónicos. El ejemplar avanza a una velocidad de tres a cinco kilómetros por hora y puede transportar a una persona de 75 kilos, junto con equipaje de 25 kilos.

Durante las pruebas, el vehículo venció satisfactoriamente pendientes de hasta 6 por ciento (3.4 grados), y de acuerdo con los especialistas, en general funcionó bien el control de rotación y traslación, dado que responde adecuadamente a los requerimientos del usuario.

También se pudo conducir en forma controlada sobre banquetas, pasillos, carriles y rampas relativamente estrechas, con anchos de 109 a 116 centímetros.

Además, cuando en éstos había obstáculos pudo acceder por espacios de 50 centímetros de ancho.

Asimismo, la plataforma logró pasar bajo control por puertas de distintas dimensiones, la de menor ancho registrado fue de 84 centímetros.

El espacio mínimo requerido para realizar una rotación es de 112 centímetros. Otra ventaja es que, a diferencia de otros diseños, puede hacer alto total sin que el usuario se baje de la plataforma y sin que consuma energía.

El prototipo, de acuerdo con la Revista de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, para su construcción tuvo un costo de materiales de aproximadamente 7 mil pesos, característica que lo que lo hace competitivo comparado con otros desarrollos.

El proyecto fue realizado en el Laboratorio Nacional del Conacyt en Sistemas de Transporte y Logística.

En su desarrollo participaron Gabriela Morales González y Abraham Mendoza Cabrera, de la carrera de ingeniería en mecatrónica de la Universidad Politécnica de Querétaro, así como Eduardo Hiram Castillo Guerrero, técnico superior universitario en mecatrónica de la Universidad Tecnológica de Tula-Tepeji.