Lunes 4 de febrero de 2019, p. 24
Juchitán, Oax., María Isabel Jiménez Salinas, defensora comunitaria que lleva más de 25 años practicando la medicina tradicional, aseguró que 90 por ciento de las plantas medicinales en la región del Istmo de Tehuantepec están en peligro de extinción por la instalación de 27 parques eólicos.
La médica tradicional trabaja con más de 200 plantas, entre ellas la hierba del toro o frailecillo (llamada niñuhuini’ en zapoteco), cuachanala (yaalaguitu), manrubio (bacuuxhu), nube silvestre (nubeguixhi), jojoba (biibi) y cuahulote (yaana), con las cuales elabora tinturas, pomadas, jarabes, infusiones e incluso cremas, geles y champús, pero cada vez son más difíciles de conseguir por los efectos de las más de mil 500 torres eólicas instaladas en la zona.
Isabel antes colectaba sus plantas, flores y raíces en parcelas en el sur y norte de su natal Juchitán, pero muchas de ellas ya no son fáciles de hallar o se encuentran pero en mínimas cantidades, por lo que debe buscarlas en mercados de la Ciudad de México, Chiapas o la capital de Oaxaca.
Las parcelas están cercadas, otras vigiladas por policías porque ahí están las torres eólicas; ya no podemos entrar. Los dueños ya no nos dejan cortar las plantas. Me da tristeza porque la medicina tradicional, que de por sí es poco practicada, parece ir en decadencia
, afirmó.
Una planta que antes abundaba y ahora está a punto de desaparecer es el árbol de guamúchil, que se usa para secar granos en la piel, y los talabarteros lo utilizan para curtir las pieles con las cuales elaboran huaraches.