En la actualidad, las obras creadas de manera artesanal “han tenido un repunte, sin embargo, el problema es que muchos de los materiales que en general se utilizan son importados, lo cual eleva los costos de producción y los gastos de inversión, explicó la maestra María Julieta Ramírez Rodríguez, directora de la Escuela de Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Frente a las piezas producidas de manera industrial, la demanda por obras creadas de manera artesanal han tenido un alza a partir del reconocimiento de la pieza única, que da identidad al individuo o a una comunidad. El mercado para esas piezas se ha extendido, comentó Ramírez Rodríguez.

Hoy, por ejemplo, nos solicitan vestuarios para ballet, joyería para los cantantes de ópera. Un mercado que está surgiendo es el de la comunidad lésbico-gay, que busca la exclusividad y está dispuesta a adquirir todo tipo de prendas.

Sin embargo, destacó la maestra, el problema es que muchos de los materiales que en general se utilizan en los talleres de las Escuela de Artesanías del INBAL son importados, lo que eleva los costos de producción y los gastos de inversión, como los vidrios de color para los vitrales, los cuales ya no se fabrican en México. La fábrica de vidrio soplado más importante que se encontraba en la calle de Carretones, en el Centro de Ciudad de México, cerró sus puertas.

Sustentabilidad, otro reto

Otro de los materiales son los esmaltes (polvo de vidrio de color que se funde sobre metal): el más barato está por arriba de mil 800 pesos, 250 gramos, por lo que los estudiantes tienen que reunirse entre varios para poder adquirir los esmaltes necesarios.

De acuerdo con la directora de la Escuela de Artesanías, hoy la persona que tenía la concesión del mercado del esmalte en México decidió dejar de comercializarlo y ahora sólo está vendiendo lo que tiene en bodega. Ante ello hemos tenido que desarrollar, aquí en los laboratorios de la escuela, un trabajo para crear esmalte.

Además hay técnicas artesanales tradicionales que por cuestiones ecológicas sólo se reproducen para documentarlas, ya no para comercializarlas, como el rebozo de olor, para el que hay que trasladarse a cierta zona de Tlaxcala y recolectar un liquen que es el que da el olor permanente al textil. Asimismo ocurre con el papel amate: ya no se produce, se encuentra controlado y está siendo sustituido por otras fibras que dañan menos la ecología.

La Escuela de Artesanías del INBAL forma técnicos-artesanales a nivel medio superior y es única en su tipo, pues expide un título y una cédula profesional para los egresados. Acepta estudiantes a partir de los 15 años y hasta que el físico aguante.

Tiene como objetivo, además de reproducir las técnicas tradicionales en los distintos talleres, acompañar a los estudiantes para que hagan propuestas novedosas.

Actualmente tiene unos 330 alumnos y una planta docente de 66 maestros. Opera con muy poco presupuesto y muchas voluntades. Desafortunadamente, recibe 620 pesos anuales por estudiante.

En ese centro de estudios se celebrará la Jornada del Artesano, los días 14 y 15 de marzo, adelantó.

El encuentro reunirá unos 100 artesanos provenientes de localidades como Xochimilco, Milpa Alta, Michoacán y San Andrés Larráinzar, Chiapas, quienes pondrán a la venta sus trabajos. Habrá conferencias, música y gastronomía tradicional. En tanto, el pasado viernes se inauguró Estampida de color, una de las ocho exposiciones que se realizarán durante el año en la Escuela de Artesanías.

La muestra está integrada por casi 200 piezas entre estampados sobre tela, batiks, fotograbados en cobre, aguatintas, linograbados y esténcil en papel de china, todos trabajos de los alumnos del primero, segundo y tercer año. Permanecerá abierta hasta el 14 de febrero en la Escuela de Artesanías, Xocongo 138, colonia Tránsito, cerca de la estación San Antonio Abad del Metro.