Los fiscales del juicio contra Joaquín El Chapo Guzmán en Estados Unidos compartieron este miércoles mensajes de texto que, según dijeron, el traficante mexicano envió a su esposa Emma Coronel en los que habló respecto a cómo escapar de una redada y bromeó sobre armar a su hija de 18 meses con un rifle de asalto.

De igual forma, se reveló que El Chapo pidió a su pareja que le comprara zapatos, pantalones y tinte para bigote, el 22 de febrero de 2012, cuando escapó a una redada que las autoridades mexicanas y estadunidenses hicieron en su casa de Cabo San Lucas, en el Pacífico mexicano.

Por otra parte, en el contexto del juicio en su contra, también se reveló que el ex líder del cártel de Sinaloa espiaba obsesivamente a medio centenar de allegados, incluidos socios, amigos, Emma Coronel y a sus amantes, pues leía a escondidas sus correos electrónicos y mensajes de texto, escuchaba sus conversaciones y sabía dónde estaban.

Durante el segundo día de testimonios ante el tribunal federal de Brooklyn, donde se está juzgando a El Chapo por cargos de tráfico de drogas, el agente especial de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) Steven Marston dio a conocer mensajes de texto que parecían mostrar a Guzmán y Coronel discutiendo los peligros de la vida como parte de un grupo de tráfico de drogas.

En un mensaje, la mujer sostuvo que estaba siendo vigilada por la policía, a lo que Guzmán le aconsejó vivir una vida normal. En otro intercambio, ella aseguraba que tenía un arma.

De acuerdo con los mensajes, Guzmán dijo a su esposa que escapó por una ventana de una redada en una casa en el balneario mexicano de Los Cabos, en la que varios de sus socios fueron capturados, y que resultó con algunos rasguños.

Coronel observó impasible el testimonio, aunque pareció incómoda cuando Marston comenzó a leer mensajes románticos entre Guzmán y Agustina Cabanillas –identificada como supuesta amante del acusado–, en los que ella lo llamaba amor.

Voy a darle un AK-47

En algunos textos, Guzmán habla con su esposa de sus gemelas: Emmely (Mali) y María Joaquina (Kiki)Coronel, de aproximadamente un año y medio de edad. “Nuestra Kiki no tiene miedo”, sostuvo El Chapo. “Voy a darle un AK-47 para que pueda pasar el rato conmigo”.

Marston explicó que el encargado de las comunicaciones internas del cártel de Sinaloa entregó esos mensajes de texto entre El Chapo y su esposa a las autoridades estadunidenses. El ingeniero técnico, un colombiano llamado Christian Rodríguez, ha colaborado de forma secreta con las autoridades estadunidenses desde 2011.

Rodríguez, quien vive en Estados Unidos bajo una nueva identidad en el marco del programa de testigos protegidos, dijo que cuando tenía 22 años, El Chapo le pidió instalar software espía en unos 50 teléfonos de su propiedad que luego entregaba a sus allegados.

Se encontraron personalmente al menos 12 veces, y por teléfono cientos. Primero le ayudó a proteger de las autoridades todas sus comunicaciones y luego a espiar masivamente.

El Chapo me llamaba todo el tiempo para consultarme sobre el software espía (...) casi todos los días, por ejemplo, porque un teléfono espiado no tenía la localidad GPS actualizada, contó Rodríguez.

Guzmán, de 61 años, ingresaba a una página web en su computadora, ponía una clave y podía ver toda la información, además de abrir a distancia el micrófono de los teléfonos.