A partir de los 60 años de edad, la enfermedad vascular cerebral (EVC) representa la tercera causa de muerte en mujeres y la cuarta en hombres. Más de 34 mil decesos se registran al año por este padecimiento en México, advirtió Adolfo Leyva, director médico del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez.

En conferencia, con motivo del Día Internacional de la EVC, conmemorado este lunes, el especialista comentó que al año se registran alrededor de 170 mil infartos cerebrales, de los que 90 por ciento son evitables, ya que los principales factores de riesgo se pueden prevenir: padecimientos cardiacos, diabetes, colesterol elevado y tabaquismo.

De hecho, indicó el especialista, vivir con diabetes aumenta entre dos y cuatro veces el riesgo de presentar EVC, mientras que fumar lo triplica.

Información de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la EVC es la segunda causa de muerte a escala global. Al año afecta a unas 80 millones de personas, de las cuales 50 millones sobreviven con algún grado de discapacidad.

La EVC agrupa a todas aquellas enfermedades que afectan los vasos cerebrales. Ocurre cuando una arteria se obstruye e interrumpe de manera repentina el flujo sanguíneo cerebral. También puede ser resultado de la ruptura de un vaso, lo cual da lugar a un derrame.

Leyva comentó algunos síntomas previos de la EVC, mismos a los que generalmente la gente no presta atención: entumecimiento, debilidad o parálisis de la cara, el brazo o la pierna, en uno o ambos lados del cuerpo; visión borrosa o reducción de la capacidad visual en uno o ambos ojos; mareos, pérdida del equilibrio o caídas sin explicaciones; dificultad para hablar o entender; dolor de cabeza intenso y sin causa conocida.

Es indispensable que las personas conozcan la forma como se manifiesta la EVC para que acudan al hospital en el menor tiempo posible y eviten mayores complicaciones.

Para obtener los mejores resultados del tratamiento es de vital importancia que los afectados reciban atención médica de urgencia, de preferencia dentro de las primeras cuatro horas en que se presenta la EVC.

Leyva subrayó que mientras más rápido se dé la intervención clínica, se disminuyen más los riesgos de muerte y secuelas, sobre todo parálisis en la mitad del cuerpo. Anteriormente, esta enfermedad tenía un tratamiento limitado, pero en la actualidad es posible ofrecer medicamentos efectivos para destapar la arteria, indicó.