Los grandes mercados controlados por intereses económicos inducen a que de la biodiversidad de alimentos se consuman un máximo de 15 vegetales y cinco o seis de animales, señaló José Sarukhán, coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), en la inauguración del diálogo de Alto Nivel sobre Integración de la Biodiversidad organizado por la FAO.

Hay al menos 60 razas de maíz mexicano en riesgo de perderse si se dejan de utilizar, en el mercado prácticamente no se encuentran; las cultivan diversos grupos indígenas y lo hacen porque les interesa y le da un lugar en su vida, esta riqueza no se ha conocido mejor, explicó el investigador.

En tanto, Crispim Moreira, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, planteó promover un cambio transformador en la forma en que se producen los alimentos. Tenemos que proponer sistemas alimentarios sostenibles que ofrezcan productos saludables y nutritivos, a la vez que conservamos la biodiversidad. Tenemos que favorecer la diversificación en las dietas y valorar los beneficios de los alimentos tradicionales y locales.

En el diálogo regional que inicio ayer se busca lograr un acuerdo de las naciones participantes para movilizar recursos, incluyendo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés), para impulsar programas de impacto que permitan proteger la biodiversidad agrícola, forestal, pecuaria, acuícola y pesquera, así como uso del suelo y restauración de paisajes. Además, se espera desarrollar una hoja de ruta para el trabajo de la FAO para apoyar a los países de la región en la integración de criterios de biodiversidad en los sectores productivos.

Bahamas, Bolivia, Chile, Cuba, Ecuador, España, Honduras, México, Nicaragua, Surinam, Perú y Paraguay participan en la reunión en la que se propuso publicar un documento regional sobre la agricultura integrada a la biodiversidad.

Avanzar hacia un plan regional, ya que América Latina puede dar un impulso y establecer una estrategia global, propuso Miguel Ruiz, subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores.