Londres. Durante toda su vida adulta el amante del teatro Tim Hardy, quien está parcialmente sordo, ha mirado las obras con una linterna en la mano y un guion en el regazo para poder seguir lo que se decía en el escenario. Pero desde ayer Hardy podrá cambiar esas ayudas por un par de lentes de realidad aumentada que, al desplegar subtítulos en tiempo real, le permitirán enfocarse plenamente en la acción. Tim quedó sordo desde los 18 años hasta que un implante coclear le restauró algo de audición. ‘‘Soy consciente de que puedo escuchar todo, pero no puedo interpretar todo la primera vez’’, dijo en el National Theater del South Bank de Londres, donde un fragmento de El rey se muere, de Ionesco, fue interpretado para una pequeña audiencia que usó los lentes.