Editorial

La salud y los niños

Las noticias sobre la reestructura administrativa ha desviado la atención del impostergable tema alimentario. Muchos problemas de salud son emergencias presupuestarias (diabetes, cáncer, VIH, etc.); deben prevenirse con campañas mínimas de información. Así como las cajetillas de cigarros advierten de los peligros ineludibles en su consumo, el mismo tratamiento debe darse a productos publicitados como saludables, pero que no lo son. Jugos, productos azucarados o con glutamato monosódico, lácteos y muchísimos más (obvio, todos los productos chatarra) deben advertir a los consumidores del riesgo en que colocan a sus familias y a sí mismos por su consumo cotidiano. De poco sirve un país sin corrupción, si su población está enferma. La autoridad está obligada a informar al consumidor. Y debe hacerse con determinación. Esa sí sería una transformación para México: anteponer los consumidores a los productores, especialmente los niños, muchos con problemas graves de salud por la mala alimentación.

Los gobernadores delincuentes

La otra delincuencia de Norberto Vázquez habla de 9 gobernadores abusivos, corruptos. Con datos oficiales se documenta el robo imputado: decenas de miles de millones de pesos, y la obra pública perdida por ello. Con esos desfalcos se condena a una vida subhumana a millones de personas: ¿crímenes de lesa humanidad? También es una explicación del repudio popular a los partidos integrados por delincuentes comprobados o en vías de comprobación legal. Una eficaz labor periodística.