Editorial
Ver día anteriorLunes 23 de julio de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
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AMLO a Trump: misiva cuestionable
E

l virtual presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer ayer una carta que envió el pasado viernes 13 al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por conducto del secretario de Estado de ese país, Mike Pompeo, a quien el tabasqueño recibió en sus oficinas. Marcelo Ebrard, a quien López Obrador ha propuesto para ocupar el cargo de secretario de Relaciones Exteriores, leyó ante los medios el documento. En éste se propone un plan conjunto entre Estados Unidos, México y los países centroamericanos para impulsar el desarrollo y minimizar de esa manera los flujos migratorios hacia territorio estadunidense.

Resulta positivo el ejercicio de transparencia que significa el hacer pública la carta, pero ésta tiene aspectos cuestionables, como el hecho de que el vencedor de los comicios presidenciales del pasado primero de julio le exponga al mandatario del país vecino algunos de los planes de desarrollo que piensa aplicar cuando asuma la titularidad del gobierno federal.

Ciertamente, no es fácil encontrar la razón por la cual el próximo presidente mexicano tendría que enterar a un gobernante extranjero sobre asuntos de estricta política interna, y menos si se considera que el destinatario de la carta ha pretendido reiteradamente dar órdenes a las autoridades mexicanas e inmiscuirse en asuntos que sólo competen a los mexicanos, empezando por su exigencia de que sea nuestro país el que se haga cargo de pagar el proyecto demencial del muro que Trump pretende erigir a todo lo largo de la frontera común.

Más aún, a año y medio de que el magnate neoyorquino asumiera el cargo, se ha hecho evidente que sus actitudes prepotentes se incrementan en forma proporcional a las concesiones –e incluso los gestos conciliadores– de sus interlocutores. Este peculiar rasgo de la personalidad trumpiana tiene, como la otra cara de la moneda, el cese de las exigencias y las groserías ante expresiones de firmeza por parte de otros gobernantes.

Otra faceta desafortunada del mensaje escrito que aquí se comenta es el afán del virtual presidente electo de México por encontrar similitudes y paralelismos entre él y el destinatario: “ambos sabemos cumplir lo que decimos y hemos enfrentado la adversidad con éxito. Conseguimos poner a nuestros votantes y ciudadanos al centro y desplazar al establishment o régimen predominante”. Porque, tras años de agresiones tanto de obra como de palabra en contra de México y de los mexicanos, toda comparación con Trump resulta, a ojos de la opinión pública nacional, desfavorable para el comparado.