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Revelan en audiencia testimonios de testigos presenciales

El ataque a Javier Valdez fue directo; no opuso resistencia

Se solicitó auxilio al C-4 quince minutos después de la agresión

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Mural ubicado en la colonia Centro, de Culiacán, Sinaloa, que muestra el rostro del periodista Javier Valdez Cárdenas, asesinado hace un año en esa ciudadFoto Carlos Ramos Mamahua
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Periódico La Jornada
Viernes 18 de mayo de 2018, p. 5

Culiacán, Sin.

Al cumplirse un año del asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas las investigaciones han establecido que el corresponsal de La Jornada no luchó, no forcejeó ni se defendió de sus agresores, quienes le dispararon a menos de 90 centímetros de distancia luego de gritarle en tres ocasiones ¡Bájate a la verga! y ¡Dame lo que traes en la bolsa!

Los testimonios reunidos por las autoridades, que se ventilaron en las audiencias de vinculación a proceso de Heriberto N, El Koala –uno de los presuntos autores materiales del homicidio de Valdez–, refieren que cinco minutos después del homicidio circularon por la zona dos policías municipales en motocicleta, pero fue hasta 15 minutos más tarde de lo sucedido que se generó un reporte de auxilio en el C-4.

En los reportes se confirmó que ninguna cámara de videovigilancia del gobierno municipal o estatal funcionaba y sólo las imágenes obtenidas de cámaras de empresas y comercios permitieron conocer el trayecto y obtener imágenes del sicario que, tras la agresión, condujo el automóvil del periodista 15 calles.

En las indagatorias que realizó la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de Sinaloa, los peritos concluyeron que el ataque contra el corresponsal de La Jornada fue directo y él ni siquiera opuso resistencia cuando dos sicarios le dispararon en 12 ocasiones, el 15 de mayo de 2017, y que ni en su persona ni en su vehículo el informador tenía con qué hacerles frente.

La información vertida por representantes de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) ante el juez federal Guillermo Torres, refiere que la fecha en que fue asesinado, Javier Valdez llegó, como era su costumbre, poco después de las siete de la mañana al restaurante Bistro Miró, en el centro de Culiacán, bromeó con los empleados, pidió café, sacó su computadora y comenzó a trabajar.

El autor de Miss Narco, se retiró del Bistro alrededor de las 10 de la mañana. Nadie notó alguna conducta extraña en él. Tampoco si alguien lo seguía o hacia dónde caminó. Las indagatorias lo ubican antes de las 10:30 horas en las instalaciones del semanario Ríodoce, donde tuvo una reunión de trabajo.

Momentos antes de las 12 horas abandonó Ríodoce con la bolsa de piel en la que llevaba su computadora y su teléfono celular. Sus agresores –según las constancias mencionadas por los fiscales durante las audiencias judiciales–, lo esperaban a media calle del semanario y tres minutos después lo atacaron.

La agresión se perpetró frente a la estancia infantil Los Jardines, ubicada en el número 229 de la avenida Vicente Riva Palacio. A esa hora el personal se preparaba para servir la comida del mediodía: Se empezó a escuchar un ruido muy fuerte en la calle, de detonaciones. La directora ordenó a las profesoras que se colocaran junto con los niños a ras de piso. Así nos mantuvimos aproximadamente de 10 a 15 minutos, hasta que el ruido (de los balazos) pasó y se escucharon las sirenas de patrullas. En ese momento llevamos a los niños a un lugar más seguro y algunos salimos a ver qué había ocurrido”.

En el momento de la agresión contra Javier Valdez, un testigo alcanzó a escuchar lo que le gritaron los sicarios: “Una persona decía en voz agresiva: ‘¡Bájate a la verga!’ Frase reiterada en tres ocasiones”. Era un hombre de complexión delgada pero ejercitado, estatura aproximada de 1.75 metros, con capucha de color negro, pantalón de mezclilla azul y playera de manga corta de color negro o azul. Estaba del lado del copiloto de un coche Versa de color gris plata.

El testigo alcanzó a ver a otro hombre encapuchado, también armado, en la puerta del conductor del automóvil Versa apuntando a una persona de quien sólo alcanzó a ver de las rodillas hacia abajo (Javier Valdez).

El testigo se escondió entre los automóviles estacionados, dijo a las autoridades que caminó como 30 metros, cuando escuchó disparos y segundos después observó que se alejaba el automóvil Versa gris y sobre la calle Riva Palacio el cuerpo de Javier Valdez. Cinco minutos después, mientras caminaba hacia una esquina cercana vio pasar a dos policías municipales en sus motocicletas, pero de estos agentes ya no se reportó nada.