Madrid.

Sola, borracha, quiero llegar a casa sin ser agredida, gritó una multitud de españolas que se manifestaron en Madrid contra la cultura de la violación, nueva protesta contra la sentencia que exculpó de violación a cinco hombres que se autodenominaban La Manada.

De acuerdo con la asociación Movimiento Feminista, unas 50 mil personas participaron en la protesta.

A la cabeza del cortejo, Movimiento Feminista decidió escribir en un lienzo: La calle, la noche, también son nuestras, para pedir seguridad y que se acabe la cultura de la violación. La gente marchó del Ministerio de Igualdad a la sede del Tribunal Supremo.

Los manifestantes, de todas las edades, gritaban: ¡No es abuso, es violación!, en alusión a la polémica sentencia de un tribunal de Pamplona, norte del país, sobre el caso La Manada.

Cinco sevillanos de entre 27 y 29 años fueron condenados el 26 de abril en Pamplona a nueve años de prisión cada uno por abuso sexual en grupo de una madrileña de 18 años en la entrada de un inmueble durante las fiestas de San Fermín de 2016.

Pero los jueces descartaron violación, para la que el Código Penal considera que debe haber intimidación y violencia.

Lo más chocante del juicio fue que un juez dijo que quería la absolución para los cinco, expresó Sara Mosquera, estudiante de 20 años, en cuya pancarta se leía: Siempre habrá manadas donde se proteja a los lobos.

Los atacantes –entre ellos un Guardia Civil y un ex militar– grabaron los hechos en videos que compartieron, jactándose con sus amigos, en un grupo de mensajería que se denominaba La Manada.

Sin embargo, durante el juicio la víctima tuvo que justificarse por haber mantenido una actitud pasiva ante ellos. La defensa de los cinco hombres afirmaba que la joven –quien estaba ebria– consintió los actos, porque en las imágenes no parecía decir no. Ella dijo que estaba en shock por el miedo.

Los manifestantes criticaron una justicia patriarcal y la violencia judicial contra las víctimas de violaciones cuando se les pide que expliquen por qué no se resistieron.

El caso volverá a los tribunales y el gobierno del conservador Mariano Rajoy anunció que estudiará reformar el Código Penal para los delitos de índole sexual.

Pero los partidos políticos, las asociaciones feministas y los medios volvieron a poner el grito en el cielo al darse a conocer la comisión oficial encargada de la eventual reforma, formada exclusivamente por hombres. El viernes se rectificó la formación de ese grupo.

La indignación sigue viva entre muchas manifestantes que denunciaron la falta de una igualdad real en la sociedad.

“La sentencia de La Manada ha sido la gota que colma el vaso”, aseveró Ana Carbajo, sicóloga de 61 años, casi dos meses después de las masivas manifestaciones del 8 de marzo en España.

Vivimos en una sociedad formalmente igualitaria, pero es solamente formalidad, explicó la mujer, vestida de color morado, color tradicionalmente del feminismo.

Para ella las cosas no van peor, pero antes no había rebelión. Estábamos silenciadas por nuestras madres, quienes no eran conscientes o no tenían las herramientas para defendernos.

El año pasado 49 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o por sus ex en España, cinco veces más que en 2016.

También en Madrid marcharon miles de personas que exigieron mejores ingresos para los jubilados. Algunos más demandaron la legalización de la mariguana.