Rechazan que asuma la presidencia del país por cuarta ocasión
Domingo 6 de mayo de 2018, p. 20
Moscú.
Con al menos mil 230 detenidos –entre ellos, Aleksei Navalny, presidente del Fondo de Lucha contra la Corrupción y adversario más irreconciliable del Kremlin– en Moscú y otras 21 ciudades de Rusia terminaron este sábado las manifestaciones y los mítines de protesta, unos autorizados y otros no por las autoridades locales, contra la toma de posesión de Vladimir Putin al frente de Rusia para un cuarto periodo presidencial hasta 2024, prevista para mañana.
En Moscú y San Petersburgo, donde la oposición trató de realizar sendas movilizaciones en sitios no autorizados del centro de ambas ciudades, la Guardia Nacional –unidades antidisturbio, comandadas por quien durante muchos años se desempeñó como jefe de guardaespaldas de Putin, el general Viktor Zolotov– arremetió con violencia contra las personas (la mayoría jóvenes) que participaron en las protestas, a convocatoria de Navalny.
También hubo enfrentamientos con activistas pro Kremlin, en realidad grupos de cosacos con látigos, quienes intentaron impedir la manifestación en la capital rusa.
El propio Navalny –en otras ocasiones arrestado apenas salía del edificio de departamentos donde vive– esta vez logró engañar a sus vigilantes y llegar a la céntrica calle Tverskaya, donde minutos más tarde fue aprehendido y llevado a una delegación de la policía literalmente arrastrado por efectivos de la Guardia Nacional.
Mientras tanto, sus seguidores siguieron lanzando consignas contra Vladimir Putin que los hicieron salir a la calle: ¡Él no es zar para nosotros!
, ¡Abajo el zar!
y ¡Rusia será libre
!, entre otras.
La Guardia Nacional detuvo a muchos de ellos –de acuerdo con cifras preliminares, mil 230 manifestantes en toda Rusia, 592 de ellos en Moscú, según OVD/Info, organización que se dedica a reportar las aprehensiones–, incluido un niño de no más de 10 años, conforme pudo verse en un video subido a Internet, quien se atrevió a gritar: ¡Vergüenza!
, cuando uniformados estaban pateando a un manifestante tirado en el suelo.
Imposible saber cuánta gente salió a la calle este sábado. Cada vez se repite el inútil juego de la distorsión de la realidad: las autoridades pretenden minimizar cualquier protesta y los organizadores, por el contrario, exageran el número de participantes.
Para unos, salieron muy pocos
; para otros, decenas de miles
.
Lo único cierto es que no todos los inconformes con la política del Kremlin están dispuestos a participar en una acción no autorizada, que implica exponerse a severas represalias, toda vez que la legislación vigente castiga con años de cárcel el más mínimo intento de defenderse ante una agresión si ésta proviene de un uniformado, sea de la policía o de la Guardia Nacional.