Sábado 9 de diciembre de 2017, p. 5
Cuando Carlos Payán regresó a su oficina en el periódico que dirigía, para darle la revisión final a la edición que saldría el 15 de septiembre de 1989, le informaron que todo estaba en orden y la portada lista para irse a los talleres. En ella se destacaba la celebración del Grito en Palacio Nacional, primero que daba en su sexenio el presidente Carlos Salinas. Igualmente, declaraciones de Manuel Camacho, regente de la Ciudad de México, sobre la contaminación atmosférica, y otra de Pedro Aspe, secretario de Hacienda, en la que refería la solidez de la economía mexicana.
¿Nada nuevo?
, preguntó Payán al jefe de información del diario. “Sí –respondió–, murió Pérez Prado”, y que del asunto la sección de Cultura daba los toques finales con textos de Gabriel García Márquez, Carlos Monsiváis e Iván Restrepo, enviados por éste, quien llevó gran amistad con el Rey del Mambo. Que también mandó dos fotos inéditas de Héctor García.
Payán ordenó entonces rehacer la portada de La Jornada. A toda plana, con grandes letras se destacó: MURIÓ EL REY DEL MAMBO
. Y toda la columna derecha la dedicó al inicio de los tres textos referidos con pase a las páginas de Cultura. Al centro de la portada, una foto de Héctor García, donde se ve a Pérez Prado sentado en cómodo sillón sosteniendo en sus manos un ejemplar de Amor perdido, de Carlos Monsiváis. Lo rodean el maestro Fernando Benítez, el periodista Manuel Buendía (asesinado el 30 de mayo de 1984), Margo Su, la empresaria del legendario teatro Blanquita, y Restrepo. A esa comida, que Monsiváis pidió celebrar para entregar a Pérez Prado su libro, llegó muy tarde, porque lo dejó el avión que lo traería de Tijuana. Por estar comprando libros, cedés y películas en San Diego.
En la sección de Cultura se incluyó la segunda foto de García Márquez. Aparecen el Rey del Mambo, Los Tres Diamantes, la cantante María Victoria, Margo Su, el coreógrafo Ricardo Luna y Restrepo.
En la recepción, en Palacio Nacional, luego del Grito, el comentario generalizado de la concurrencia fue la audacia de Payán de desplazar las notas políticas por la que se lamentaba el fallecimiento de uno de los compositores y arreglistas más importantes del siglo XX.
El Centro Cultural Tijuana ofrece ahora los textos y fotos de esa portada histórica en términos periodísticos y culturales.