José Antonio Meade planteó ayer consolidar los cambios del gobierno en turno, pero señaló que, en un ejercicio de autocrítica, se debe reconocer que hay realidades que nos duelen, ofenden, lastiman, vulneran y que tenemos y vamos a cambiar.

En su registro como precandidato del PRI a la Presidencia, al que asistió todo el gabinete presidencial, y después de definir al presidente Enrique Peña Nieto como arquitecto del cambio, envió un mensaje de continuidad: No hay que demolerlo todo, no hay que cambiarlo todo, no hay que inventarlo todo.

Incluso, Meade sostuvo que se debe terminar de una vez por todas con la idea de que el país se debe reinventar cada seis años, y dijo que en la precampaña presentará una vía clara, realista y sensata de lo que México puede llegar a ser cuando ganemos la Presidencia.

Sin mencionarlo de forma explícita, Meade aludió al presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien la víspera anunció que analiza una amnistía para presuntos delincuentes.

Resaltó: Estamos del lado de las víctimas, no de los victimarios. Tenemos que anteponer la paz al conflicto y consolidar una cultura de respeto a la ley. El que siembra odio cosecha soledad.

En ese tono, expuso que su apuesta es “por la experiencia y no por la ocurrencia; por el conocimiento y no por el enfrentamiento; por la preparación y no por la improvisación. Indicó que se basará en los programas, no en los caprichos; en las instituciones y en la ley, no en las profecías. Las revelaciones –dijo– no pueden sustituir el esfuerzo, la preparación y el trabajo”.

Hambre de servicio

Incluso, abundó: Creemos en el hambre de servicio, no en el hambre de poder.

La solicitud de registro de Meade, que fue avalada más tarde y le da desde ayer mismo la calidad de precandidato presidencial único, se realizó en la sede nacional del PRI, que resultó insuficiente por el acarreo de miles de personas. A las nueve de la mañana no cabía nadie más, y cerradas las puertas, quienes que se quedaron fuera escenificaron una trifulca con guardias de seguridad.

Al respaldo en favor del ex secretario de Hacienda se sumaron los gobernadores surgidos del PRI, que comieron con él. A las oficinas priístas llegaron Alejandro Moreno Cárdenas, de Campeche; Alejandro Murat, de Oaxaca; Omar Fayad, de Hidalgo; Héctor Astudillo, de Guerrero; el recién avalado de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme; Alfredo del Mazo, del estado de México, e incluso el de Chiapas, Manuel Velasco, surgido del PVEM.

A la ceremonia, que culmina una semana de actividad de la cargada priísta, acudieron los secretarios del gobierno de Peña Nieto, entre otros Miguel Ángel Osorio Chong, de Gobernación; Luis Videgaray, de Relaciones Exteriores; Aurelio Nuño, de Educación; el relevo de Meade en Hacienda, José Antonio González Anaya; José Narro, de Salud; Enrique de la Madrid Cordero, de Turismo; Gerardo Ruiz Esparza, de Comunicaciones y Transportes, y Rosario Robles, de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, que no es priísta.

Entre los miles de asistentes también se incluyó a los ex dirigentes nacionales del partido; el jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán, e incluso a dos de los tres ex procuradores de este sexenio, Jesús Murillo Karam y Raúl Cervantes.

El PRI y el equipo del precandidato cuidaron todos los detalles del encuentro. La noche del sábado, entre las 21 y las 22:30 horas, Meade supervisó el escenario, la ubicación de las banderas de México y del PRI, así como del micrófono.

A ese recorrido lo acompañaron únicamente Nuño, la secretaria general del partido, Claudia Ruiz Massieu, y el dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza, de quien Meade citó ayer el talento de un líder sensible, de vanguardia y comprometido con México.

Cuando se le preguntó a Ochoa Reza si postular a un no militante es signo de nuevos tiempos en el PRI, respondió: “Son absolutamente los tiempos de Pepe Meade y de una alianza con la sociedad, con apertura y determinación”.

Previo al registro se difundió el video Meade 18, donde se propone que México sea un país líder y crezca económicamente como potencia mundial.

El mejor lugar para vivir, invertir y crecer. El México que tú quieres es posible. Un México líder, seguro, en paz; grandioso, unido, fuerte, exitoso. Creamos en nosotros. Sueña, suda, opina, estudia, levántate, conquista, lucha, trabaja, crece. Es momento de poner a México en otro nivel. Construyamos nuestra historia, se plantea.

Justo al mediodía, Meade llegó a la explanada del PRI, tomado de la mano de su esposa, Juana Cuevas, y durante otra hora más recorrió las vallas para saludar y tomarse fotos con las fuerzas vivas.

Después de que entregó su solicitud, llamó nuevamente a los priístas a darle su respaldo en la precampaña y la campaña.

Les pido que alcemos fuerte la voz para que todo México se sume. Llevaremos al país al lugar de potencia mundial que le corresponde, resaltó.

Insistió en que la oferta debe ser consolidar, ampliar y profundizar los cambios. Los priístas, abundó, son los primeros en reclamarlos, porque sienten cuando algo no funciona en su sección o cuando falta seguridad en sus ciudades, y ven la preocupación en los ojos de una madre de familia de que el dinero no alcance.

Anunció que la economía familiar será prioridad en su proyecto y que México sea un país justo, con leyes que se cumplan para que las familias vivan tranquilas.

En ese punto hizo un reconocimiento a las fuerzas armadas, que han dado certeza y es tiempo de que les correspondamos. Insistió en un combate frontal y definitivo a la corrupción. Ni un solo peso al margen de la ley. Ningún privilegio más que el de ser mexicano.

Una vez declarado precandidato, Meade iniciará precampaña el 14 de diciembre.