Bianco su Bianco, primero de 19 espectáculos a presentarse
Domingo 5 de noviembre de 2017, p. 7
Un universo de ensueños, poesía y amor conforma al espectáculo Bianco su Bianco, con el que la compañía suiza de Daniele Finzi Pasca inauguró la noche de este viernes el quinto Encuentro Internacional de Clown en el Centro Cultural Helénico.
De hora y media de duración, esta pieza escénica, escrita y dirigida por el creador suizo, promueve un mensaje de esperanza para superar las adversidades de la vida, a partir de un discurso que transita de manera descarada entre la comedia y la tragedia.
Es la historia de amor y superación entre una actriz y un torpe técnico de teatro que deben enfrentar una infancia cruel y violenta, una juventud de ilusiones y sueños y posteriormente imponerse a una grave enfermedad de ella para, al final, alcanzar una especie de luminosa redención.
Son personajes frágiles, descritos por Finzi Pasca como héroes perdedores
, que al igual que un objeto de cristal corren el riesgo de quebrarse en cualquier momento y después de cada golpe van por la vida llenos de grietas.
Su lucha es contra el vacío, pero no ese vacío de la nada, sino uno blanco como la leche que inflama la barriga y que muchas veces tiene a la persona con la sensación de que el piso se desvanece y en el que el gran desafío es lograr mantenerse de pie, según se refiere en la historia.
No hay que olvidar que el clown es comedia, y en este espectáculo la comedia es fuerte, la gente se ríe porque eso es fundamental, pero la manera en la que aquí se propone es muy diferente y nos apegamos a ver otras dimensiones del ser humano más que sólo hacerlo reír
, ha dicho la clown y acróbata Helena Bittencourt, protagonista de la pieza al lado de Goos Meeuwsen.
El montaje está apegado a la técnica creada por Finzi Pasca de teatro de la caricia, la cual busca de manera sutil, emotiva e intensa de ver al clown como ese punto de intersección de las emociones humanas, el espacio en el que la comedia y la tragedia están codo a codo.
Bianco su Bianco está construido en una aparente simplicidad, un formato pequeño en el que los dos actores están siempre sobre el escenario con acciones que van de lo chusco a lo conmovedor, de la acrobacia y los malabares al teatro físico, de lo estridente al silencio más profundo, y que terminan por crear una numerosa serie de postales surrealistas y de emotiva belleza.
Parte esencial de esta obra es su escenografía, compuesta por decenas de pequeños focos incandescentes que llenan tanto la parte inferior como superior del escenario y conforman una especie de bosque luminoso cuya intensidad varía según el estado anímico referido por los actores o bien, en ciertos momentos, se les utiliza de manera lúdica.
Otro aspecto relevante del discurso escénico es la música, tersa y poética como las acciones, creada en tiempo real con la ayuda de una guitarra, la voz y otra serie de objetos que se utilizan como percusiones, así como una caja sampler que permite grabar y sobreponer varias melodías y ritmos en tiempo real para crear una pieza sonora de mayor complejidad.
Como parte de su participación en el quinto Encuentro Internacional de Clown, Helena Bittencourt y Goos Meeuwsen ofrecieron la noche de este sábado la segunda y última función de esta obra de Daniele Finzi Pasca, además de que el pasado jueves impartieron el taller Clown, teatro de la caricia y teatro físico.
Con actividades hasta el 12 de noviembre, dicho encuentro reunirá 19 espectáculos de artistas de Suiza, Brasil, Canadá, Estados Unidos, Israel y México, que se presentarán, además de en el Teatro Helénico, en el Centro Nacional de las Artes, el Foro Milpa Alta y el Anglo Arts Centre.